En el 35 aniversario del Sábado Santo Rojo
lunes 09 de abril de 2012, 19:46h
El 9 de abril de 1977 los y las
comunistas salimos de la clandestinidad impuesta por la victoria del fascismo
en 1939. Tras casi cuarenta años de resistencia antifascista el PCE volvía a la
vida política pública con el mismo objetivo que en su fundación: Democracia y
socialismo.
Es importante recordar, más ahora
que la memoria histórica, la memoria de todos y todas está en peligro, que el PCE
siempre fue un firme defensor de las libertades democráticas. Incluso en los
momentos de incertidumbre, en los que la barbarie fascista golpeó de nuevo, más
cruel y sanguinariamente a nuestros/as camaradas, como en la Matanza de Atocha
de enero de 1977, el PCE, en un inmenso acto de responsabilidad democrática,
contuvo a los cientos de miles de camaradas que reclamaban justicia, dentro de
la legalidad y en defensa de una transición pacífica a la democracia. Una
Transición que, como el tiempo ha demostrado, no fue tan "modélica" como se
presentó ni tan radical como se necesitaba. Pero que, al menos formalmente,
supuso que el país abandonara el prolongado período de oscurantismo fascista y
entrará en la senda constitucional de las democracias occidentales.
La Constitución de 1978 supuso para el PCE una apuesta estratégica por las
libertades. El apoyo, con la petición del "SÍ" a la Constitución, fue el
resultado de un análisis objetivo de la correlación de fuerzas existente entre
"demócratas" y "franquistas". El PCE sigue, hoy, estando del lado de los y las
demócratas, del lado de la libertad, la justicia y la igualdad. Los y las
comunistas seguimos reivindicando una democracia real ya, una democracia social y participativa, una democracia efectiva
que garantice el pleno desarrollo de los derechos sociales, políticos y
económicos de la ciudadanía. El PCE continúa, 35 años después, luchando por que
la democracia se realice socialmente, se formalice institucionalmente y se
materialice económicamente.
El PCE ha contribuido a construir la democracia en nuestro país más
decididamente que cualquier otra fuerza política. Una democracia insuficiente
pero imprescindible. Por eso, estamos plenamente legitimados para afirmar que
hoy, el pacto social del que surgió la Constitución de 1978 ha quedado
inevitablemente roto con la reforma constitucional exprés realizada por un oscuro acuerdo entre PSOE y PP. Esta reforma
dictada por los "Mercados", sin consulta previa a la ciudadanía, sin
referéndum, del marco legislativo superior de las relaciones sociales, agota el
futuro de la propia Constitución de 1978. PSOE y PP han dictado la sentencia de
muerte de la Constitución. Además, la crisis económica por la que atravesamos
ha puesto de manifiesto la insuficiencia de la propia Constitución (y de los
partidos hegemónicos que la "gestionan" políticamente) para dar respuestas
políticas a la mayoría social, para proteger a la ciudadanía ante la ofensiva
del Capital. La Constitución de 1978, que nunca ha terminado de ver plenamente
realizados los derechos sociales que proclama, ha sido una herramienta inútil
en la lucha contra el sometimiento de la soberanía nacional, de la voluntad
popular, frente al Capital transnacional y sus expectativas.
Necesitamos, pues, caminar hacia un nuevo proceso constituyente. El capitalismo
es un decidido enemigo de la democracia, y así se ha puesto de manifiesto en
esta "crisis financiera". Beneficiándose de la coyuntura favorable provocada
por el miedo y la incertidumbre social, los partidos sistémicos, PP y PSOE
fundamentalmente, presentan como única salida posible de la crisis la reducción
del Estado a un aparato jurídico-administrativo de control social. Un Estado de
mínimos útil a los intereses del Capital en su incesante búsqueda del
incremento de las plusvalías y beneficios crecientes. Contra esa falsa salida
de la crisis, el PCE apuesta por una "Alternativa social, democrática y
anticapitalista" que sirva como eje de ese nuevo proceso constituyente. Un
nuevo republicanismo democrático que camine hacia una democracia plena, hacia un Estado fuerte
que garantice la plena protección social de sus ciudadanos y ciudadanas
poniendo la política y la economía al servicio de las personas.
El Capital contra el trabajo y el capitalismo contra el Estado, esa es la
situación que determina esta crisis. En consecuencia, nos enfrentamos a lo que
las organizaciones sindicales han sintetizado brillantemente con el lema de la
última convocatoria de Huelga General: "Quieren acabar con todo". Cierto, y en esta batalla, como en tantas antes, el PCE,
los hombres y mujeres del Partido, estaremos del lado de la mayoría social, de
la clase obrera. Para el PCE lo primero son las personas. Y en ese sentido,
sólo podemos estar con "los nuestros": Con las fuerzas del trabajo y la cultura
frente al Capital, con el Estado frente al capitalismo.
No podemos olvidar que, el Partido Comunista es una herramienta para la
lucha, una herramienta de transformación social que debe de ser útil y eficaz.
Una herramienta en la lucha de clases, de clase contra clase, y que siempre
debe de estar al servicio de los y las trabajadoras. El Partido debe continuar
impulsando, como lo ha hecho siempre e Izquierda Unida es el mejor ejemplo, la
unidad de la izquierda transformadora, radical, plural, abierta y social.
El PCE ha sido, en estos 35 años de legalidad
jurídica, ejemplo de compromiso con la clase trabajadora. Con la clase obrera
de la que surge y para la que existe. Hemos atravesado períodos duros y
difíciles, hemos superado todas las dificultades imaginables, reconstruyendo,
una y otra vez, el Partido desde la militancia. Levantándonos siempre para
pelear por la dignidad de los y las trabajadoras, para pelear por un mismo
objetivo: Democracia y socialismo.
Hay quienes han pretendido, en estos
35 años, expulsar al PCE de la vida pública, marginar social y políticamente a
los y las comunistas. Hemos respondido, a quienes nos pretendían ignorar o
ningunear, con franqueza, humildad y contundencia: ¡ya somos legales! Como dijo nuestro camarada y amigo
Marcelino: «Ni nos domaron, ni nos doblegaron, ni nos van a
domesticar»
* José Luis Centella Gómez es Secretario General del PCE y
portavoz en el Congreso de La Izquierda Plural