A los 132 días del Calendario Mariano
lunes 02 de abril de 2012, 11:48h
Estimados ciudadanos,
estimadas ciudadanas,
Señor Presidente. España
ocupa el puesto número 31 en el ranking de corrupción de los 183 países del
mundo analizados por la Organización Transparencia Internacional. En el seno de
la UE nuestro país está situado en el puesto número 15. Usted, señor
Presidente, conocerá por la doble responsabilidad que ostenta, la de Presidente
del PP y como máximo responsable del Gobierno, el nivel del corrupción de su
partido en España: 177 casos. El PSOE 128. Y la Monarquía uno de gran calado,
de gran alcance, el Caso Urdangarín.
La corrupción es un
crimen contra el pueblo, un atentado contra el interés general. Un cáncer que
hemos de extirpar de la vida política, económica y social española. Su Gobierno
acaba de aprobar una Ley de Transparencia, y junto a medidas de control de la
gestión de cargos públicos municipales, autonómicos y de la administración
central, hay zonas opacas que continúan blindadas, protegidas. Señor Rajoy,
usted y su Gobierno han excluido del control y de la transparencia a la Casa
Real. ¿Acaso la Casa del Rey no recibe dinero público procedente de los
presupuestos generales del Estado? Al Rey se le permite que actúe como Juan
Palomo, "yo me lo guiso y yo me lo como". 9 millones de euros sin ninguna
fiscalización, además de otros aportes administrativos y de recursos del
Estado. Los regalos de empresarios o los procedentes del extranjero que recibe
la Familia Real tampoco tienen control alguno.
El despilfarro de dinero público
es valorado de distinta forma, señor Rajoy. Para usted los gastos militares
están bien empleados, y para mucha gente entre la que me encuentro los gastos
de armamento militares y de defensa deberían orientarse a gastos sociales. El
dinero público que su gobierno y el anterior han entregado a la banca privada
es un clarísimo despilfarro y un robo al tratarse de dinero de todos. Los
recursos entregados a la Iglesia Católica violan la Constitución y es un gasto
del que ustedes es curioso que no se acuerden a la hora de los recortes, y para
los que creemos en un Estado Laico habría que eliminar. Los baremos de sueldos
para alcaldes han de trasladarse a los banqueros, a ejecutivos de las grandes
empresas, si queremos democracia y transparencia también en el terreno
económico y no solo en el campo político.
Las operaciones en
paraísos fiscales deben estar penalizadas en cualquier Ley decente de
transparencia. Las pensiones de los ex presidentes González y Aznar han de ser
incompatibles con puestos en Consejos de Administración, Asesorías o cualquier
trabajo remunerado, como las demás.
Estamos ante las
contradicciones y las dos varas de medir típicas de la derecha política y
económica y del sistema.
Cualquier concejal o
alcalde le podría poner a usted el ejemplo de los dos cazadores que tras una jornada
en el campo cazaron una perdiz y un mochuelo, y a la hora del reparto uno le
decía al otro: "la perdiz para mí y el mochuelo para ti, o como quieras, el
mochuelo para ti y la perdiz para mí". Y el otro contestó: "pero hombre,
siempre me va a tocar a mí el de los ojitos grandes?".
Aquí pasó como siempre,
manga ancha para los poderosos y control para los de abajo. Señor Rajoy, para
ese viaje no hacían falta alforjas, ni poner en el disparadero a su flamante
portavoz, la Señora Sáenz de Santamaría, que presentaba la Ley públicamente
haciendo comentarios contra los enchufes al mismo tiempo que su marido era
enchufado, además en una terminal de Alta Tensión.
Reciba usted un cordial
saludo.
Antonio Romero es
presidente de honor del PCA y Coordinador de la Red de municipios por la III
República y ha sido diputado y parlamentario de IULV-CA