martes 27 de marzo de 2012, 16:36h
El fragor de la batalla electoral se dilucida al
final entre quienes ganan pero fracasan y entre quienes pierden pero gobiernan,
gracias a que el sistema no es de elección directa por el mayor número de votos
si no por escaños conseguidos que permite el juego político de pactos. En ese
análisis de quien gana y quien pierde se ha diluido un factor determinante: la
abstención tan significativa en Andalucía y en Asturias que refleja la
creciente desafección ciudadana con la clase política, un problema grave del
sistema democrático en España.
Los barómetros del CIS (Centro de
Investigaciones Sociológicas) nos recuerdan en cada entrega que se incrementa
la impresión general que coloca a la clase política como el tercer problema más
grave de España, por detrás del paro y de la situación económica. Los intereses
personales y partidistas de cada uno predominan en demasiadas ocasiones sobre
los intereses ciudadanos y la traducción más evidente es el notable descenso,
la abstención significativa que se ha registrado este pasado domingo. Sólo unas
cifras para visualizar mejor la dimensión del problema: en Andalucía han votado
3.876.780 personas y no han ido a votar 2.352.973. Más que los porcentajes,
estos números nos indican con mayor claridad que una buena parte de los
votantes ha preferido quedarse en casa, una indiferencia o dejadez o hartazgo
muy preocupante.
En Asturias, 503.395 fueron a votar y 396.777 se abstuvieron.
Los datos son peores, si bien se trata de una repetición de elecciones
innecesaria por la escasa capacidad de acuerdo de los dirigentes políticos para
superar sus diferencias. Y no hay que olvidar que en Andalucía hubo 57.417
votos nulos y en blanco, y en Asturias
11.445. Los grandes partidos, tanto los que han ganado y fracasan y los que han
perdido pero gobiernan, han bajado en número de votos respecto de las
elecciones autonómicas anteriores de una manera significativa. Sólo Izquierda
Unida y UPyD pueden presentar un incremento notable de votos. Los políticos
españoles deberían reflexionar sobre su conexión con un electorado que abandona
su participación electoral mientras que sólo la responsabilidad democrática
ciudadana, pero más la disciplina y militancia partidista, les permite mantener
un apoyo suficiente. También los medios de comunicación deberían analizar su
papel enfocando más su trabajo al interés de los consumidores y no
exclusivamente a la defensa a ultranza de una opción política. En el ámbito
nacional, el gobierno de Mariano Rajoy deberá seguir con las reformas con una
visión de Estado y la colaboración leal socialista, a pesar del coste electoral
inmediato. Eso será muy bien apreciado por todos.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
|
|
|
|