El presidente de Gobierno de España
Mariano Rajoy ha afrontado en esto 100 primeros días de Gobierno el desafío de
sentar las bases de su política exterior con América Latina. Con un discurso de
igualdad y de aliado en Europa, apuesta por potenciar la Comunidad
Iberoamericana.
La oportunidad, que a su vez será prueba
de fuego, es
la
Cumbre Iberoamericana de Cádiz, que se celebrará el 16 y 17 de noviembre y
que por primera vez fue presentada por un presidente de Gobierno en la sede de
la Secretaría General Iberoamericana.
Su esfuerzo inicial es lograr que
todos
los mandatarios acudan a la cita de Cádiz, compromiso que ya ha sido
respondido por el Rafael Correa
presidente de Ecuador, durante
su
reciente visita a España. El mandatario ecuatoriano sí pidió que se traten
temas concretos como Las Malvinas o el narcotráfico.
En estos 100 ya ha recibido al presidente
de Perú, Ollanta Humala, una visita
que permitió iniciar lo que se espera un fructífero camino de relaciones con
Iberoamérica en el que se potencie, además de los factores sociales, culturales
e históricos, el económico.
Ha mostrado su mejor disposición al
diálogo sin importar ideologías y ha sido conciliador salvo en el caso de Cuba,
país
al
que le ha pedido en varias ocasiones, por medio del Congreso y del ministro
de Asuntos Exteriores, que de un paso en pos de los Derechos Humanos.
En estos primeros 100 días ya ha hecho
una
agenda
de actividades para todo el año y ha anunciado que viajará a México en dos
ocasiones, a Colombia y a Brasil. Además, ha fijado ya una reunión con su
homólogo chileno, Sebastián Piñera,
en Seúl.
Si bien se
han
anunciado recortes en cooperación, sus esfuerzos van a volcarse en
Iberoamérica, eso sí, con criterios de gestión y transparencia, eficacia y
eficiencia, y una estricta rendición de cuentas.
El interés del Gobierno de potenciar la
inversión de las empresas españolas en Latinoamérica cuenta cada vez con más
adeptos y se dan
casos
como el de Prosegur, empresa cuya principal fuente de ingresos se encuentra
ya en Brasil tras una reciente adquisición.
El goteo de contratos en Latinoamérica es
cada vez mayor, si bien hay una nota discordante que intranquiliza al
empresariado español.
Desde diciembre Repsol ha sufrido una
campaña en la que se ha visto acosada por el Gobierno argentino. Las tensiones
han derivado en la pérdida de licitaciones en tres provincias y que planee la
sombra de la nacionalización, un asunto con el que está bregando el ministro de
Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria.