Arenas
se ha quedado otra vez a las puertas de presidir la Junta de Andalucía: el PP ha
ganado las elecciones en esta comunidad, pero no ha obtenido la mayoría
absoluta, de tal manera que un pacto de izquierdas deja la Junta en manos de José
Antonio Griñán, que ha salvado los muebles aunque tenga que pactar con una
Izquierda Unida muy crecida. En Asturias, sin embargo, ha pasado justo al
revés: aunque ha ganado el PSOE, un pacto de derechas puede dejar el Gobierno nuevamente
a Francisco Álvarez-Cascos. Para algunos la reforma laboral le ha pasado
factura a Rajoy, pero todos destacan lo mismo: la bajísima participación
electoral.
A las
22.30 horas, el socialista José Antonio Griñán aparecía públicamente. Lo hacía
de forma sonriente: "El corazón de los socialistas está lleno de una
profunda gratitud a todos los andaluces", eran sus primeras palabras. "El
PSOE ha recuperado una buena parte de la confianza perdida en las elecciones
generales", seguía diciendo, para terminar con un rotundo "hemos vuelto
a darle la vuelta a las encuestas".
Minutos
antes había aparecido el candidato del PP, Javier Arenas. También era todo amabilidad, pero
con un cierto tono de disgusto en sus labios: declaraba que había ganado claramente
las elecciones, y era cierto, pero no habla de formación de gobierno. Arenas no
podrá gobernar.
Así que
no era para menos la alegría socialista. Con el 99,24 % de los votos
escrutados, el socialista José Antonio Griñán obtenía el 39,54 % de los votos y
47 diputados. Perdía 2 puntos con respecto a las elecciones de 2008 y nada
menos que 500.000 votos y 9 escaños con respecto a las elecciones de 2008. Pero
aunque ha perdido las elecciones, Griñán estaba contento porque su oponente, el
popular Javier Arenas, se ha estrellado contra el muro andaluz y no ha
conseguido la mayoría absoluta.
Griñán
podrá gobernar con una Izquierda Unida que se ha crecido en Andalucía: ha
obtenido un 11,35 % de los votos emitidos, ha ganado 12 escaños (6 más que en
2008) y 120.000 votos más. Su candidato, Diego Valderas, estaba feliz, lo mismo
que el coordinador general de IU, Cayo Lara, cuyas primeras palabras fueron:
"Mariano Rajoy tiene que darse cuenta hoy de que tiene un problema: le han
rechazado la reforma laboral". Nadie duda de que IU -esta vez sí, no como
en Extremadura- impedirá que Arenas llegue a la Presidencia de la Junta
andaluza. Griñán seguirá siendo presidente andaluz.
Y el
ganador de las elecciones, el popular Javier Arenas, ha sido -cosas del destino- el gran
perdedor: el Partido Popular ha vencido en estas elecciones con el 40,64 % de los
votos -2,10 puntos más que en 2008-, y 50 escaños frente a los 47 que obtuvo en
los anteriores comicios. Pero es una victoria pírrica por dos razones: primera,
porque al no obtener la mayoría absoluta no podrá gobernar; segunda, porque aunque
ha conseguido más escaños ha sido, sin embargo, menos votado que en 2008:
entonces obtuvo 1.730.154 votos; ahora 'sólo' le han votado 1.556.302
andaluces, alrededor de 150.000 menos.
El
último facto es la enorme abstención registrada: la ciudadanía parece harta y
en Andalucía han votado en estos comicios el 10,45 % menos que en 2008: la
participación se ha situado en el 62,22 %, mientras que hace cuatro años fue
del 72,67 %. Un factor a tener muy en cuenta a la hora de hacer cualquier
análisis.
Asturias,
el reverso de la moneda
En
Asturias, por su parte, las elecciones han dado un cierto vuelco con respecto a
hace un año: el Partido Socialista ha vencido, pero no podrá gobernar ni
siquiera con Izquierda Unida. Una alianza entre el FAC de Álvarez-Cascos,
derrotado ahora en las urnas, y el PP de Mercedes Fernández daría al primero la
posibilidad de seguir presidiendo la Junta del Principado. UPyD ha logrado meter
a su candidato Ignacio Prendes en el Parlamento, pero no resulta significativo.
Es decir, que el 'derrotado' Cascos podría seguir gobernando en Asturias.
El
socialista Javier Fernández ha logrado una remontada para el PSOE después de
las dos grandes derrotas sufridas por su partido a nivel nacionañ: primero, en
las autonómicas y municipales de mayo de 2011, y luego en las generales del 20
de noviembre. Y así, pese al hundimiento del PSOE de Rubalcaba a nivel
nacional, Fernández ha mantenido el tipo y ganado en Asturias con 16 escaños.
Ahora
bien, la primera conclusión a la que se llega analizando el resultado electoral
es que el ciudadano está, literalmente, harto: de ahí la elevada abstención
registrada en el Principado con respecto a los comicios de mayo de 2011: 11
puntos menos.
La
segunda lectura es que, además de harta, la gente ya no confía mayoritariamente
en Francisco Álvarez-Cascos, a quien el votante le ha retirado la confianza: el
FAC, que se queda en segundo lugar y con 13 diputados, pierde nada menos que 3
escaños y 50.000 votos.
La
tercera lectura es el crecimiento, lento pero parece que inexorable, de
Izquierda Unida, aunque en Asturias menos que en Andalucía. El candidato de IU
en el Principado, Jesús Iglesias, ha conseguido 5 escaños (uno más que hace un
año) y 6.000 votos más que en los anteriores comicios, lo que parece reflejar
una tendencia claramente ascendente de esta formación.
Por
último, hay que destacar la irrupción de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) en
el parlamento regional: el partido de Rosa Díez consigue meter a su candidato,
Ignacio Prendes, en el Parlamento asturiano, algo que muy pocos esperaban. UPyD
ha ganado 4.000 votos con respecto a los anteriores comicios de mayo, cuando se
quedó a las puertas de tener representación autonómica.
Ahora
bien, con los resultados a la vista, está claro que, o se produce un gobierno
de coalición entre el FAC de Álvarez-Cascos y el PP de Mercedes Fernández o
Asturias vuelve a ser ingobernable. Entre FAC y PP suman 23 escaños, justa la
mayoría absoluta. Pero el vencedor de estas elecciones, el socialista Javier
Fernández, ni aún con el concurso hipotético de IU y de UPyD conseguiría lograr
esa mayoría necesaria para ser investido.
- Gráfico de resultados de Andalucía:
- Resultados de las elecciones de Asturias:
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