El informe, elaborado a mediados de enero de 2009 por el psiquiatra
Alain Penin a petición de un juez, recoge que
Mareh trató de ahorcarse a finales de 2008, lo que le llevó a ser hospitalizado en una unidad de psiquiatría tanto el 25 de enero de 2008 como el 8 de enero del año siguiente.
El texto relata una infancia marcada por la separación de sus padres en 1993, tras la cual se quedó al cargo de una madre sin profesión conocida que tenía dificultades para sacar adelante a sus cinco hijos, dentro de los cuales el joven fallecido este jueves era el más pequeño. Su padre se fue a Argelia, país de origen de la familia, en el año 2008, poco antes de la detención del joven.
El experto que analizó a Mohamed Mareh le describió entonces como un joven "educado y correcto que acepta el diálogo". Cuenta, según dijo el psiquiatra, con una "inteligencia media" cuyo potencial ha quedado reducido por una educación convulsa, con cambios de centro cada año. Asimismo, le describió como un chico ansioso con "fragilidad neurótica" debido al traslado de su padre de Argelia y a una falta de tutela por parte de su madre.
Las visitas a Mareh también le permitieron al psiquiatra detectar comportamientos introvertidos y narcisistas en el joven, que entonces tenía 20 años.
RELIGIÓN El informe también incide en la cuestión de la religión, aunque por aquel entonces Merah no tendría arraigadas las ideas islamistas que expresó ante las autoridades durante las casi 32 horas que duró el asedio a la vivienda de Tolouse donde permaneció atrincherado y donde terminó muriendo este jueves de un disparo en la cabeza.
Merah comenzó a leer en la cárcel el Corán y a seguir doctrinas del islam que antes no respetaba, según el texto recogido por 'Le Point'. Así, el joven, que tenía en mente casarse algún día, empezó a respetar el Ramadán y a no consumir alcohol, tabaco o cannabis.
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