Hace unos días el señor
Valderas, candidato de IU a la Presidencia de
Andalucía, se fue a una notaría de Jaén a firmar su compromiso a cumplir el
programa electoral con el que su organización comparece a las elecciones
andaluzas. En la crónica de algún medio de comunicación se hacía una referencia
irónica, y un poco malévola, al optimismo del señor Valderas. Sin embargo, ¿qué
sería de cualquier proyecto humano sin el optimismo? La esperanza, por más
lejana que resulte, es imprescindible para la vida, y lo es también para la
vida política.
Ciertamente habría sido más realista que hubiera acudido al notario a
aclarar cuál va a ser su posición en el caso en que los votos de su partido
resulten decisivos a la hora de determinar quién gobierna Andalucía. Pues parece
que esta sería la situación más probable en la que se pueden encontrar los
dirigentes de IU en la noche del próximo domingo. ¿Apoyarán a un gobierno del
PSOE, o dejaran que gobierne el PP como ocurre en Extremadura? Curiosamente los
dirigentes de IU muestran una claridad notarial cuando dicen lo que harían si
les tocara la lotería, pero se muestran más ambiguos que una pitonisa cuando se
les pregunta qué van a hacer con la paga de esta semana.
En resumen, y tal como contaba este mismo diario en su edición de ayer, la
actitud de IU se puede sintetizar en dos afirmaciones de su máximo dirigente,
por un lado presume de haber hecho "un contrato con la ciudadanía
adquirido ante notario", si ganan las elecciones; y, por otro, en el caso
en que tengan que decidir sobre el futuro de Andalucía, que ya le preguntarán
al PSOE "si dejará de pactar con la banca y con los intereses del alto
poder económico del país".
A mí me parece que la IU de la ambigüedad calculada es menos honesta que la
IU del notario, pero a cambio es menos peligrosa. Lo que están diciendo con su
ambigüedad es que la realidad es compleja, que las preferencias son, a veces,
contradictorias, y que casi siempre hay que hacer frente a situaciones
imprevisibles. Eso es así en la política como en la vida. Lo que dicen cuando
van al notario es que se puede hacer política con escuadra y cartabón, y eso
crea unas expectativas tan falsas y exageradas que igual destruyen la política
que la vida. Cuando los dirigentes de IU van al notario ponen en peligro la
política, cuando son ambiguos solo se arriesgan ellos mismos.
La ambigüedad de IU tiene que ven con la contradicción en la que está
inmersa, y que lleva a sus dirigentes a atacar al PSOE acusándolo de ser de
derechas y, al mismo tiempo, a dejar la puerta abierta a un pacto con el PSOE.
En efecto, para obtener el mejor resultado electoral los dirigentes de IU
necesitan convencer a una parte del electorado de izquierdas de que el PSOE no
es de izquierdas, o no suficientemente de izquierdas. Lo que ocurre es que ese
mismo electorado no votaría a IU en Andalucía si previera un comportamiento
similar al que tuvo en Extremadura. Así que los dirigentes de IU viven todo el
rato diciendo una cosa y dando a entender la otra.
Todo esto es fruto de la competición de dos concepciones ideológicas en la
izquierda más próxima a IU. Por un lado está la vieja tradición comunista que
defiende la unidad de la izquierda, más cercana al sector de electorado cuya
primera opción es un gobierno de izquierdas en Andalucía. Por el otro está la
nueva tradición anguitista de las dos orillas, más propia de tradiciones
ideológicas muy alejadas de la izquierda y más cercana a los dirigentes de IU,
cuya primera opción es que IU tenga el mejor resultado, aunque la consecuencia
de su estrategia sea que gobierne el PP.
Hasta ahora, cuando se ha impuesto la tesis de las dos orillas, IU ha
obtenido sus mejores resultados, pero el gobierno de izquierdas ha terminado en
mitad del río. Esperemos que esta vez los electores de izquierdas unan sus
votos en torno a la izquierda que gobierna, hace falta.
José Andrés Torres Mora es diputado socialista por Málaga y portavoz de Cultura en el Congreso>>
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