Soraya Rodríguez y el sentido de Estado del PSOE
martes 06 de marzo de 2012, 08:08h
Recientemente, la portavoz del PSOE
en el Congreso, Soraya Rodríguez, ha dado una muestra más de la falta de
sentido de Estado de su formación política. En el programa Los Desayunos de
TVE, un periodista le preguntó, rememorando el espíritu de los Pactos de la
Moncloa, si en la grave situación actual no se había planteado el PSOE la
posibilidad de proponer un pacto de Estado para enfrentar la recesión económica.
La respuesta de la portavoz fue ilustrativa: se fue por los cerros de Úbeda,
caracoleó por los cuatro puntos cardinales y acabó hablando de no sabe qué
historia sobre un estilo de oposición "de mano tendida".
Cuando uno se pregunta por las
razones de tal respuesta, aparecen dos posibilidades no precisamente
atrayentes: la primera, que doña Soraya no entienda bien la pregunta porque no
sepa muy bien cuál es el fondo del asunto; la segunda, que lo sepa de sobra,
pero no quiera o pueda responderla cabalmente.
Vea, estimada portavoz, lo que le
preguntaba el periodista no era sobre un estilo ni una tendencia, sino sobre la
posibilidad de que el PSOE haga una propuesta estratégica, clara y pública,
para impulsar un pacto de Estado Gobierno-oposición para enfrentar la grave
crisis económica. Proponer un pacto de
Estado es algo diáfano y concreto, que el PSOE podría hacer perfectamente y
que, sin embargo, no hace.
Cabe entonces la pregunta de cuáles
son las razones que le impiden hacerlo. Y me parece encontrar al menos dos
altamente probables. La primera es que la actual dirección del PSOE tenga un
sesgo ideológico, herencia de la experiencia zapaterista, caracterizada -como
editorializó el diario El País- por una continuada ausencia de sentido de
Estado. La segunda, refiere a la situación de grave debilidad interna que hoy
padece. En la actualidad, el PSOE no está en una posición de fortaleza para
hacer una propuesta con suficiente coraje enfrentando los riesgos que eso
siempre conlleva: por el contrario, necesita aprovechar la presión social
contra el Gobierno para recobrar aire. Necesita dejarse llevar por la
corriente, mucho más que ser capaz de determinar su dirección. Lástima que su
necesidad de fortalecerse no armonice bien con lo que hoy requiere el país.
Aunque lo que me parece más
preocupante es que, en medio de la confusión en que se encuentra, el PSOE crea que
no haciendo una propuesta clara de pacto de Estado, se autositúa en una
posición socialdemócrata. ¡Qué pérdida de identidad!
En primer lugar, ser socialdemócrata
en las actuales circunstancias puede definirse simplemente: consiste en hacer
una política de izquierda democrática compatible con un indispensable sentido
de Estado. Y desde esa perspectiva, hacer una oposición a la greña no es socialdemócrata.
La estrategia de lucha permanente contra el Gobierno del PP puede estar bien
para la otra izquierda, pero esa no es una política socialdemócrata. Hoy la
verdadera oposición socialdemócrata no es la que opta por arrinconar al
Gobierno con criticas radicales, sino la que logra colocar al Gobierno contra
la pared proponiéndole un pacto de Estado para salir de la crisis, que le
obligue a comprometerse en una negociación que saque adelante al país, sin
escorarse por completo a la derecha.
Algún socialista perdido podría
preguntar: ¿Y si el PSOE plantea un acuerdo de Estado y el Gobierno del PP lo
rechaza? La respuesta es evidente: entonces el PSOE adquiriría una estatura
moral enorme y una credibilidad de la que hoy carece; entre otras razones,
porque le habría ganado la partida al PP en cuanto a perspectiva estratégica.
Pero no es muy probable que el PSOE tenga hoy la suficiente entereza para
plantear esa política (socialdemócrata). En realidad, lo más probable es que
cada vez que alguien pregunte al PSOE sobre la eventualidad de un pacto de
Estado, la respuesta siga siendo tan evasiva como la que ha dado recientemente
su portavoz en el Congreso.