Más allá de las comparaciones, más allá de los análisis, de los
estados de forma, de la acústica del recinto, de la edad de los miembros
del grupo, más allá de todo eso, una cosa se confirmó este sábado noche
en Madrid: Dream Theater siguen siendo los reyes del metal progresivo
en todo el planeta y nadie les puede hacer frente. Ni de lejos. Una
banda mastodóntica de la que me enorgullezco de haber visto 6 veces en
mi vida. Con mayúsculas.
No, no está Mike Portnoy. Y si hace un año hubiera
pensado que fuera a escribir lo que ahora mismo voy a escribir, creería
que estoy loco: no se le echa de menos. Es así, lo siento. Dream Theater había pasado a ser la 'banda de Portnoy'.
Y un batería nunca puede ser un único líder de un grupo. Por razones
obvias. Cuando a eso se le suma que los líderes van imponiendo poco a
poco el lógico y no criticable ego del artista, al final un grupo de
rock se convierte en un festival de percusión y ritmos. Y si encima hay
que sumarle que es productor, en las mezclas de sonido él era el rey de
cada último disco. Me estaban decepcionando poco a poco.
Luego llegó este 'A Dramatic Turn of Events'
sin él y mucha gente se llevó las manos a la cabeza. Que si habían
perdido talento, que si ya no tenían carisma, que si el álbum era un
recopilatorio, un corta y pega de allá y acullá... En fin. Insidias, que
diría un político. Petrucci y Rudess se bastan como genios compositores para crear música infinita, música del Edén. Y en directo no es una excepción. Sin mirar a Mangini
y llevarnos a las crueles comparaciones, el quinteto es sólido, aman el
escenario, a sus fans, y por fin desayunan All-Bran de Kellogg's todas
las mañanas. Sonríen, están amables con el público, James LaBrie al fin
es libre, está suelto, tranquilo, comunicativo. Al fin es un frontman.
Lo que llamó la atención desde el arranque fue que LaBrie
había cambiado. Que era otro. O que, a l mejor, era por fin él mismo,
sin la sombra del Gran Hermano Portnoy que todo lo controlaba. Y ojo,
que esto no es una especie de crónica para criticar al batería de Adrenaline Mob.
Simplemente hay que abrir bien los ojos para darse cuenta que estos
Dream Theater son mejores que los que eran en el último lustro.

LaBrie, macarra, rockero, con su chupa, su poste de micrófono
metalero y de tipo duro, sus poses, sus gestos, sus palabras hacia el
público... todo es genial ahora. Lo de Jordan Rudess no es carisma. Es
lo siguiente: adoración. Se le ama y se le venera porque es un genio
vivo que enloquece con cada cosa que hace con su set de teclados.
Petrucci hace tiempo que tiene que hacer muy poco para enloquecer a la
grada. Myung simplemente es él, y con eso basta. Un
bajista de calidad infinita. Y sí, hablando de Mangini, pues tampoco se
ha perdido mucho. Un debate que surgió en el Palacio Vistalegre esa
noche era si Marco Minemann nos hubiera encantado más a
todos. Claro que sí. Mangini es un artista, es un crack de la
percusión. Pero parece más empeñado en buscar el asombro que fundir al
público con originalidad.
En cuanto al concierto, potente setlist,
quitando canciones de las épocas más marcadas por Portnoy, como los
discos 'Train of Thougt', 'Octavarium' o 'Black Clouds...'. Se notaba
otro rollo, y el grupo supo combinar temas más cañeros con los más
entrañables. Como por ejemplo el set acústico, con LaBrie y Petrucci
sentados en primer plano con el acompañamiento de fondo de Jordan,
sonando 'The Silent Man' y la majestuosa 'Beneath The Surface' del
último álbum. Las lágrimas se contenían por dentro mientras los aplausos
era lo que la parroquia metalera se limitaba a exteriorizar. Ovación
merecida ante un formato inconcebible en otros tiempos: ¿os imagináis a
Portnoy dejando que dos de sus compañeros se luzcan durante casi 10
minutos sólo con voz y la guitarra acústica de Petrucci? Antes muerto.
E insisto, no se trata de cuestionar a nadie, sino de celebrar los
nuevos aires que traen la actual etapa del grupo. Al igual que era de
guión esperar el solo de Mike Mangini, a modo de presentación a los
fans. Un solo sobre el que hay que decir que fue de menos a más,
comenzando al modo 'machaca-bombos', luciendo velocidad -para eso
ostenta el récord de golpeos de percusión por minuto a nivel mundial-,
pero poco a poco convirtiéndose en una fiesta de rítmicos, lleno de
originalidad, riqueza de matices y sonidos. Impresionante.
También es de guión -ya cansa- tener que hablar del estado de forma
de LaBrie en cada crónica de DT. Pero bueno, ahí está, porque todos
esperan el parte de guerra: James estuvo formidable, soberbio, tremendo.
Además de lo comentado antes sobre su carisma y la comunicación con el
público -dejó a todos boquiabiertos-, su voz estuvo de notable alto.
Llegaba a las notas altas mejor que nunca, o como en sus mejores
tiempos, vaya. Que para un casi cincuentón está más que bien.
Lo
más sorpresivo y original fue el encubierto solo de Petrucci antes de
'The Spirit Carries On', casi 10 minutos de locura de 6 cuerdas, con
mucho de progresivo ambiental y espacial en él, y un Rudess de perfecto
acompañante. El tema posterior, sublime. Una pena que luego la que
esperaba que fuera el tema estrella de la noche, el 'Breaking All
llusions' sonara terriblemente mal. Se les debió ir la programación en
la mesa de mezclas para la anterior canción, y apenas se oía a LaBrie y
los teclados de Rudess. Una lástima.
Especialmente sonó de gran altura 'Bridges In The Sky', primer tema, y
con eso dice mucho de su actuación: comenzar con un tema tan cañero a
ese nivel demostraba que venían a darlo todo y con un gran estado de
forma. 'The Root Of All Evil' también estuvo sublime y la anterior
'Surrounded', interpretada a la perfeccion. Son muchos años, sí,
tocándola. Pero no es excusa para no aplaudirles. Hubo incluso alguna
lágrima emocionada ante ese tema. 'On The Backs Of Angels' tuvo gran
aceptación, y la mezcla de temas del 'Six Degrees...', 'War Inside My
Head' y 'The Test That Stumped Them All' fue un regalo para los que
buscaban mucha adrenalina.
Por último, decir que también en otros aspectos han ganado DT: la
escenografía. Pareciera que Portnoy fuera enemigo pues de todo
artificio, porque ahora se llevan mejores proyectores, un fondo algo más
currado, y la escena, los movimientos, están más pensados para el
espectáculo. Cosa que se agradece infinitamente. Por cierto que han
renovado sus habituales 'cartoons' y mientras eran proyectados con la intro, 'Dream Is Collapsing' del compositor de bandas sonoras Hans Zimmer (éste tema salía en 'Inception'), el público se venía abajo. No era para menos.
- Ficha técnica:
Madrid, 25 de febrero 2012; Palacio Vistalegre
Hora de comienzo: 21:30; hora de final: 23:35
Teloneros: Periphery
- Músicos:
- James LaBrie: Voz
- John Petrucci: Guitarra y coros
- Jordan Rudess: Teclados y continuum
- John Myung: Bajo
- Mike Mangini: Batería
- Setlist:
1. Bridges In The Sky
2. 6:00
3. Build Me Up, Break Me Down
4. Surrounded
5. The Root Of All Evil
6. (* Solo de batería)
7. A Fortune In Lies
8. Outcry
(Set acústico):
9. The Silent Man
10. Beneath The Surface
(Fin del set acústico)
11. On The Backs Of Angels
12. War Inside My Head
13. The Test That Stumped Them All
14. The Spirit Carries On
15. Breaking All Illusions
Bonus:
16. Pull Me Under
- Con la colaboración del portal de rock progresivo Portal Esquizofrenia.com