miércoles 22 de febrero de 2012, 08:42h
Anoche, en Vigo, la
Federación d Peñas Recreativas El Olivo, siguiendo una tradición
de los carnavales, realizó un juicio sumarísimo que condenó a las
llamas a una figura de cartón-piedra que representaba a la canciller
Angela Merkel sosteniendo con sus manos una marioneta que resultó
ser Mariano Rajoy...
Nosotros también
queremos hacer, en este miércoles de ceniza, encender nuestra
hoguera particular... Una hoguera para que el
fuego que destruye sea también el que fuego que purifique, y
alrededor de la que dancemos todos con ironía y con buen humor...
Al fuego,
pues, la intolerancia, la mentira, el afán de los políticos de
aferrarse al sillón, los sueldos de escándalo de los banqueros, las
iniciativas empresariales que pretenden mandar a los parados a
Laponia, la creciente brecha social que no entiende de términos
medios (sólo de hambre o de lujo..., de andar de alpargatas o de
coches de alta gama..., de vino peleón o de "Moët Chandón..., de
chabolas con techo de cartón o de mansiones estilo Los Ángeles...,
todo ello sin término medio.
Al fuego
los proxenetas y los mercaderes de seres humanos, los que introducen
a los jóvenes en el infierno de las drogas, los asesinos etarras que
no se deciden a pedir perdón y arrojar las armas y entregarse a la
Justicia...
Al fuego
quienes, en algunas comunidades autónomas, especialmente en
Valencia, han malgastado los dineros públicos y obligan a los
alumnos a acudir a aulas sin calefacción, o adeudarles varios
salarios a los maestros, o carecer de presupuesto para material
escolar, para comedores, para autobuses...
Al fuego
quienes creen que lo que es de todos
es exclusivamente suyo, los malos administradores de los bienes
colectivos, los soberbios que dicen a sus vecinos "no
sabe usted con quién está hablando", los
carguillos municipales
o autonómicos que no saben ir al cine ni al teatro ni a un concierto
sin que les regalen la entrada, los que miran a los demás por encima
del hombro, los que lo saben todo, los que no tienen dudas, los que
no escuchan a los demás, los que, ante una tragedia como la de Haití
o de Somalia, se enroscan en su egoísmo y proclaman que "eso
queda muy lejos" .
Al fuego,
en fin, en este inicio de la Cuaresma quienes, en lugar de tender la
mano a las demás, siempre llevan las manos, refugiadas y huidizas...,
en los bolsillos.