martes 14 de febrero de 2012, 12:10h
El
gobierno ha puesto encima de la mesa una reforma laboral que gusta a
los empresarios, pero sobre todo a los pequeños y medianos y a los
autónomos que son los que crean el 80% del empleo en España. El
presidente de la asociación mayoritaria de autónomos, ATA, Lorenzo
Amor, afirma que es una iniciativa valiente que puede crear unos
300.000 puestos de trabajo en los próximos meses. Es el primero que
se atreve a cuantificar una cifra, ni siquiera el propio gobierno se
ha atrevido a vaticinar un primer resultado de una iniciativa que
supone un cambio notable en el mercado laboral español que puede
llegar a ser una revolución si cada uno asume el compromiso que
representa. Y ese balón está ahora en el tejado de los empleadores,
de aquellos emprendedores que tienen un negocio con menos de 50
trabajadores y que necesitan flexibilidad y crédito para poder
mantener la actividad y salvar buena parte de los puestos de trabajo
aunque haya que sacrificar unos pocos. Muchas de las pymes que han
fracasado o de los autónomos que han sufrido al tener que echar el
cierre a la tienda de su abuelo, de su padre, se hubieran podido
mantener si hubieran podido negociar la viabilidad en los despidos.
En España hay una percepción inexacta de lo que son las empresas y
el trabajo que crean. Sin duda, una gran fábrica de automóviles o
una gran cadena de distribución o una gran multinacional, que, por
cierto, tiene ya más volumen de facturación fuera que dentro de
España, tienen su influencia en el PIB español, pero mucho menos de
lo que la mayoría de los españoles se piensa. Cuando el gobierno de
Rodríguez Zapatero reunía en el Palacio de la Moncloa a los grandes
empresarios españoles citaba a los responsables de los grandes
bancos, de las telecomunicaciones, de la energía, de la
construcción, de la comunicación, pero nunca citó a los
representantes de las pymes y de los autónomos, a los que se
arrinconaba y no se les tenía en cuenta. El Ejecutivo de Mariano
Rajoy ha decidido otorgar a estos colectivos el papel que les
corresponde, la reforma laboral se preocupa más de incentivar su
actividad económica dotándoles de mayor facilidad de contratación
y de abaratar el despido, lo que les beneficia más que a las grandes
empresas en la operatividad del día a día. Pymes y autónomos
aseguran que no despiden por sistema y que la experiencia, la
formación y el talento son valores fundamentales para su negocio.
Ahora sólo les hace falta crédito para salir adelante y crear
empleo.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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