Crear empleo, no problemas
domingo 12 de febrero de 2012, 15:25h
¿Esta
reforma va a crear empleo? No lo sabemos con seguridad y, además,
las reformas legales por sí solas no crean nada, simplemente ayudan
a que los emprendedores puedan hacerlo. ¿Servía el modelo que
tenemos? Es evidente que no, el fracaso de las dieciséis reformas
emprendidas en los últimos ocho años lo demuestra. ¿Tiene derecho
el nuevo Gobierno a proponer otro modelo para tratar de cambiar la
tendencia hacia los seis millones de parados? Parece de sentido
común; es la primera reforma laboral de calado que se hace en
España. ¿Los sindicatos y el PSOE van a impedir que se ponga en
marcha una reforma que busca cambiar el modelo fracasado y sentar las
bases para crear empleo? Resulta poco presentable que quienes han
aprobado reformas inútiles, quienes han sido incapaces de frenar la
sangría y han visto sumarse al paro a más de tres millones de
españoles, quienes han sido incapaces de alcanzar un pacto, los que
han sido cómplices, junto con la patronal, de una política nefasta,
quienes han vivido y viven de los Presupuestos del Estado y no de sus
militantes, no guarden un discreto silencio hasta ver si estas nuevas
medidas funcionan.
No
habrá resultados en el corto plazo porque lo que no puede ser no
puede ser y, además, es imposible, pero ya hay convocadas
movilizaciones para el próximo fin de semana, para el día 29 y,
pronto, una huelga general. La democracia exige que se deje gobernar
al partido que ha obtenido una importante mayoría. Más, en épocas
de crisis. Más, cuando la situación es casi de quiebra técnica.
Más, cuando Grecia está en bancarrota y Portugal en puertas. Todos
somos responsables de que este país salga adelante y poner piedras
en el camino sin ofrecer ninguna salida -la patronal y los
sindicatos han demostrado su incapacidad- puede ayudar a que sigamos
la senda los peores.
Dice
el catedrático Santiago
Niño Becerra que
mientras no crezcamos al 2 por ciento -y no es previsible a corto
plazo- no se creará empleo. Pero hay que limpiar el campo para que
se pueda sembrar y lo sembrado crezca. Hay que garantizar los
derechos, la supervivencia, de los que se han quedado sin empleo,
pero estar en el desempleo no impide formarse o hacer trabajos
sociales. Hay que incentivar la búsqueda de empleo y hasta ahora
prima la cultura del subsidio. Hay que luchar contra el trabajo
basura y los que se aprovechan de la crisis. Pero no puede ser más
rentable cobrar el paro que trabajar. Hay que primar a los que ponen
en marcha una empresa y contratan trabajadores. Tenemos que tener
mecanismos de flexibilidad, y las políticas laborales priman a los
absentistas y a los incompetentes.
La
reforma laboral puede y debe ser mejorada en el debate parlamentario
y debe obtener el máximo consenso social. Queda mucho por hacer,
pero hay que dar una oportunidad para ver si, con otros cambios de
fondo, empezamos a crear empleo y a recuperar la esperanza.