La revolucionaria y muy esperada reforma del mercado de trabajo
sábado 11 de febrero de 2012, 10:59h
La reforma laboral es el
acontecimiento del momento, nadie o duda. Su importancia y
trascendencia había sido trasladada por dos "Micrófonos
indiscretos" abiertos en Bruselas durante la visita de dos miembros
del Gobierno español, su presidente, Mariano Rajoy y su ministro de
Economía Luis de Guindos. Una avanzó que esa reforma podría traer
consigo una huelga general. El segundo, había "vendido" al
comisario Olli Rhen que estaba por llegar una reforma extremadamente
agresiva. Los diarios de este viernes parecen darles la razón a
ambos, por lo menos en lo que a calificativos se refiere: En dos
diarios se coincide en la consideración: revolución laboral,
coinciden en llamarla El Mundo y Cinco Días. En otros periódicos se
la califica de giro laboral, Expansión, de reforma laboral
histórica, hablan tanto ABC como el propio Expansión, de gran
reforma antiparo, como la llama en La Razón, de reforma profunda y
audaz, según dice La Gaceta, o, sencillamente, de lo que a algunos
les parece que será: despido fácil, según interpreta en grandes
caracteres tipográficos La Vanguardia. En muchos otros diarios se
hacen valoraciones en la misma línea: Clara señal a Europa, un gran
avance, según los expertos, una reforma integral y muy profunda,
una contundente reforma que transformará el mercado laboral, un
ajuste que va en serio, una norma histórica, una dura reforma que
abarata el despido, en línea con Europa... Y ahí ya comienzan las
explicaciones y apreciaciones sobre lo que supondrá esta reforma que
el Gobierno ha situado ya este mismo sábado en el Boletín Oficial
para que empiece a estar vigente sin mayor pérdida de tiempo, a la
espera de que el Congreso ratifique el correspondiente proyecto de
ley con la facilidad que le otorgará su mayoría absoluta en la
Cámara. Por cierto, que no hay excesivas repercusiones y reacciones,
todavía, sobre lo que a los restantes partidos les parece el texto
encargado a la ministra Báñez: según cuenta El Economista, CEOE y
CiU aplauden el texto mientras el PSOE lo tacha de decretazo... Y lo
que más abundan son las aspiraciones o valoraciones de lo que
significa y traerá consigo la reforma, sobre todo, lo que supondrá
a efectos de despido: El despido será más fácil y barato, al
generalizar los veinte días de indemnización por año para empresas
con problemas, destaca como primer titular el diario El País. El
Economista coinciden: El Gobierno fuerza a que el despido sea a 20
días y pase por los jueces,El despido improcedente será de 33 días,
en lugar de 45, con un máximo de 24 mensualidades, señala
Expansión. Fin del despido a 45 días, se generaliza el de 33 y se
facilita el de 20, indica Cinco Días Despido más barato, anuncia
también ABC El Gobierno hace frente a la sangría del desempleo con
una norma histórica, dice La Razón. Y repara La Gaceta es un efecto
que no suele advertirse: la nueva reforma laboral quita poder a los
sindicatos..., y fija el despido en 20 días..
¿Se advierte oposición
radical a la reforma? A simple vista, escasa o nula. La reforma había
sido "vendida" de antemano con profusión. También con algunas
torpezas, como los dos micrófonos indiscretos, que no es improbable
que hayan cooperado en asumir que lo que nos venía encima no
resultaría grato ni amable. Pudo haber llamado la atención el
anuncio de Izquierda Unida de convocar movilizaciones inmediatas
contra el decreto del Gobierno, pero está por ver hasta dónde
llegan y qué efecto tienen estas convocatorias que, sin duda, se
harán desde la izquierda política. Incluso la "!marea violeta"
que se produjo en la Puerta del Sol en la tarde-noche del viernes, y
de la que da cuenta Diariocrítico, no llega a recoger entre sus
cuestiones "protestables" o rechazables este decreto llamado
reforma laboral, que llega antes al Boletín Oficial que a la calle.
Y, asimismo, los primeros expertos resultan claramente favorables a
la novedad legislativa: Iñígo Sagardoy, Carloos Rodríguez Braun,
Pin Arboledas, Arturo Fernández, Federico Durán, Marta Alamán,
Rafael Giménez Arnau, entre otras formas, se suman hoy a las
consideraciones positivas y favorables al paso que, finalmente, ha
dado el Gobierno de Rajoy. No hay duda de que esta reforma sí tendrá
repercusiones y efectos, y no ha que viene na sustituir o suceder, la
que, también contra el parecer de los sindicatos y la patronal, o al
menos al margen de los mismos, hizo el Gobierno de Zapatero, y que no
significó pena ni gloria. Esta. En cambio, no pasará inadvertida.
Cada cual verá si para bien o para mal. Si facilita el despido de
algunos o el fichaje laboral de muchos otros...