Vueling, aerolínea presidida por
Josep Piqué y primera de El Prat, cerró con una subida en Bolsa del 25%, hasta 5,1 euros por acción. Su consejero delegado,
Alex Cruz, apostó por El Prat como un aeropuerto de referencia y que no se convierta en "un aeropuerto
low cost, donde no se pueda elegir asiento, no se facture, no se pueda reservar a través de agencias de viajes". Afirmó que "Barcelona es la casa de Vueling y Vueling la primera línea de El Prat y del Gobierno catalán".
Opuesto fue el discurso del vicepresidente de la línea de bajo coste Ryanair - tercer operador de El Prat -,
Michael Cawley, quien invitó a "aprender la lección de la quiebra" de Spanair y criticó la "estúpida estrategia de los políticos españoles" por haber ayudado a esta compañía. Sobre el futuro de El Prat como centro de conexión de vuelos internacionales -hub- , aseguró que "el número de hubs es limitado y no hay lugar en Europa para uno nuevo", al tiempo que reclamó una rebaja de tasas por parte de AENA.
Por su parte, Iberia acusó al sindicato de pilotos Sepla de "hipocresía" tras ofrecerse a ayudar a los afectados de Spanair, y de "insolidaridad" al "mantener una huelga que impide ofrecer ninguna alternativa".
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