Su primera conversación con la Capitanía de Puertos de la Guardia Costera se registró a las 0.32 horas del sábado, cuando, según algunos testigos, el comandante ya había abandonado el buque siniestrado. Los agentes de la Guardia Costera la preguntaron cuántos pasajeros quedaban a bordo y él respondió que habían sido evacuadas unas 4.000 personas cuando apenas había dejado el crucero unas 40.
"Ahora vuelvo al puente (de mando)", aseguró
Schettino, antes de explicar que se había ido a popa, la parte trasera del barco, para "saber qué estaba pasando. "¿Está sólo usted?", le preguntaron desde la Capitanía, a lo que respondió que creía que estaba solo.
A las 0.42 horas se produce la segunda conversación telefónica, según recoge el diario 'Il Corriere della Sera', en la que el personal de la sala de operaciones de la Capitanía le pregunta cuántas personas deben ser evacuadas todavía. "He llamado a la compañía y me dicen que son un centenar de personas", afirmó el comandante del 'Costa Concordia', cuando, según el rotativo italiano, el proceso de evacuación estaba en pleno desarrollo. "Yo estoy coordinando", añadió Schettino, antes de reconocer que no estaba a bordo del crucero. "No podemos estar a bordo porque el buque estaba 'apopándose' (hundiéndose por la popa, la parte trasera'". "Hemos abandonado el barco", admitió.
En ese momento, el oficial de guardia de la Capitanía le preguntó si había abandonado el barco y Schettino respondió negándolo aunque, en otra llamada posterior, reconoció que no estaba a bordo del buque, al recibir la "orden" del oficial de dirigir el proceso de evacuación y averiguar cuántos niños y mujeres continuaban en el buque
Posteriormente, el oficial de guardia le transmitió que habían sido localizados varios "cadáveres", a lo que Schettino respondió preguntándole cuántos muertos se habían confirmado. "Eso debería decírmelo usted. ¿Qué quiere hacer?. ¿Quiere irse a casa?. Vaya arriba y díganos qué se puede hacer, cuántas personas quedan y qué necesitan", afirmó el oficial, al que Schettino respondió fingiendo aún que seguía bordo: "Está bien. Estoy yendo".
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La compañía del crucero hundido se lava las manos y culpa al capitán