Cameron
le
ha dicho al primer ministro escocés
que tiene año
y medio para organizar un referéndum en Escocia pero que las
preguntas tienen que ser claras y
directas.
Independencia
si o independencia
no.
Seguramente
trabaja con encuestas y sabe que hay una zona tibia escocesa a la que
la contundencia de un posicionamiento de esta clase le pone nerviosa.
Y nadie amenaza como Peces Barba de si Escocia sale de la Gran
Bretaña,
Europa va a cerrarles las puertas.
Cameron
solo pide que hablen claro.
No
me imagino ni a
Rajoy, ni a
Zapatero,
ni a
Rubalcaba,
mucho menos a
Chacón ni a
Cayo Lara siendo tan contundentes y
atrevidos como Cameron y eso que el primer ministro inglés
es conservador y estos planteamientos los suelen hacer los laboristas
o la llamada progresía. Quizás
porque Gran Bretaña es un país serio, porque no ha habido la menor
gota de violencia, porque la historia pesa, porque hasta en fútbol
ya son independientes, el caso es que Cameron ha puesto el balón
en el centro del campo de juego de la política británica. Y la
política
es fútbol,
como decía
Leizaola.
Equipo,
banquillo, reglas de juego claras, dribling y chutar a gol. Y lo que
cuenta al final es el marcador, como en democracia, el resultado de
unas elecciones o de un referéndum.
En
poco tiempo,
cerca
de aquí, en Catalunya, hemos visto consultas independentistas en los
ayuntamientos organizadas por una plataforma claramente identificada
y con reglas de juego definidas. En Barcelona se realizó
la última votación
en abril del año
pasado. Votaron 257.645 personas en una consulta no vinculante, que
fue aproximadamente un 18,14% por ciento del censo y el resultado
mayoritario fue un SI rotundo en favor de la independencia catalana.
Bien es verdad que ni el PSC, ni el PP, ni UPyD, ni Ciutadans
participaron en la jornada pero lo que deseo destacar es el hecho de
que la palabra independencia empieza a perder carga bélica,
conflictiva, de confrontación
directa. Lo que decía
Suárez al inicio de la transición: "Hacer normal lo que es normal
a nivel de calle".
En
clave política catalana
hay que decir que el alcalde de Barcelona
Xavier Trias y el
presidente del grupo parlamentario
Oriol Pujol votaron aquel día.
Con el voto de la vicepresidenta del gobierno catalán nueve de los
once consejeros de
Artur Mas depositaron asimismo su voto en la
consulta.
Tras
conocerse
aquellos resultados el otrora prudente President
Pujol los calificó
como un éxito
indicando que la participación
habían
superado las expectativas y que alguien debería
tomar nota,
y que la ciudadanía
catalana iba dos pasos por delante para anunciar que CIU haría
bandera del derecho a decidir. Lo ocurrido aquel domingo era una
lección
para todos aquellos que ridiculizaban la consulta o que incluso
la habían
querido evitar, porque esto es ya imparable.
También
hay que decir en honor a la verdad que los organizadores de la
votación
esperaban superar el 20% como resultado final de participación
asequible, al que finalmente no se llegó.
Rondó
el
14%.
La
propuesta
de Cameron es mucho más
importante e interesante. El escocés
Salmond quiere el referéndum
en el 2014 cuando se cumplan los 700 años
de la llamada batalla de Bannockburn y aunque el experto en sondeos
John Curtice decía
en la BBC que el apoyo a la independencia de Escocia se sitúa
entre el 32 y el 38% sería difícil
saber hoy lo que ocurriría
si finalmente se convoca una consulta de este tipo que lógicamente
tendría
repercusiones políticas
en Bélgica, y en España.
Lo llamativo del caso es que se habla con naturalidad del asunto.
Cuando
uno ve como el rey en su discurso de Nochebuena
como adorno iconográfico
solo tenía la fotografía
de él
con Zapatero y Rajoy. Cuando en la Pascua Militar el ministro de
Defensa anunció que para las reformas del ejército
solo consultará
con el PSOE, cuando por aguachinar las autonomías
vasca y catalana se generalizó
el proceso autonómico
con el fin de que Catalunya y Euzkadi no fueran autogobiernos
singulares y hoy España no aguanta económicamente un estado
autonómico
montado tan artificialmente,
cuando a cualquier planteamiento de este tipo uno de los ponentes
constitucionales corno Gregorio Peces Barba responde con el artículo
octavo de la Constitución
aquel que dice que la unidad de España
está
reservada al ejército,
y cuando a todas horas se amenaza al independentismo vasco y catalán
con la expulsión
de la Unión
Europea
en caso tan solo de intentarlo, lo único
que van a lograr los émulos
de los Reyes Católicos
es que este sentimiento que ronda el 40%
de
apoyo vaya incrementando su apoyo popular en un horizonte y con un
escenario libre, sin violencia y con campañas fuertemente
argumentadas.
Una
de las causas que esgrimía
uno de los medios más
vinculados con la extrema derecha española
para mirar a otro lado en relación
con las dificultades que está
pasando el rey a cuenta de su yerno era la siguiente: "Este apoyo
lo recibe además la Corona en un momento clave, cuando las tensiones
separatistas amenazan con agudizarse al hilo de la crisis y el papel
de la institución resulta insustituible como garante de la
estabilidad política".
Me
da que sin
ETA, con sentido común,
con los pies en la tierra, éste tema va a ser en breve, uno de los
puntos de las agendas vasca y catalana. Y si no, al tiempo. Al breve
tiempo.
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