Por tres veces, tres, más la intervención inicial, en la que prometió la
rebaja de impuestos a las empresas,
Mariano Rajoy pudo prometer y prometió ante
el Pleno del Congreso de los Diputados que no iba a subir los impuestos. El 30
de diciembre, el Consejo de Ministros aprobó una subida generalizada, cargando
las tintas en las clases medias, y no en las grandes fortunas, claro.
En su intervención inicial en el discurso de investidura llegó, incluso, a
prometer rebajas de impuestos. Dijo en ese momento: "Reformas en el
impuesto sobre el valor añadido: modificaremos el régimen del IVA para que
autónomos y pymes no tengan que pagar el impuesto hasta que efectivamente se
haya efectuado el cobro de las facturas correspondientes".
Añadió luego: "Crearemos una ayuda fiscal por importe de 3.000 euros
por la contratación del primer trabajador. Reformas en el impuesto de
sociedades: eliminaremos las limitaciones existentes en la actualidad para la
aplicación en el impuesto sobre sociedades del tipo impositivo del 20 por
ciento a las empresas con cifra de negocios inferior a 5 millones de euros.
Ampliaremos hasta los 12 millones de euros la cifra de negocios que permite
acogerse al régimen especial previsto para las empresas de reducida dimensión y
aumentaremos a la vez hasta los 500.000 euros el límite de base imponible al
que se aplica el tipo reducido del 25 por ciento".
Insistió más tarde: "Fijaremos una exención por modernización de los activos
fijos de las empresas. Las empresas no tributarán por las plusvalías que
obtengan en la venta de sus activos fijos cuando las reinviertan, para fomentar
así que el capital invertido se reutilice en la modernización de la propia
actividad empresarial. Modificaremos la fiscalidad de los beneficios no
distribuidos, de manera que aquellos dedicados a la adquisición de nuevos
activos tributen 10 puntos menos que los destinados a ser distribuidos a los
accionistas".
Y finalizó con una promesa: "En IRPF -insisto, en esta primera fase-,
mejoraremos la tributación de las prestaciones de los planes de pensiones y
recuperaremos la deducción en el impuesto por inversión en vivienda habitual.
(Aplausos.) Algunas de estas medidas, junto con otras concretas en el ámbito de
la financiación, la tramitación administrativa y la gestión laboral, se
englobarán en la ley de apoyo a los emprendedores que el Gobierno enviará a la
Cámara dentro de los próximos tres meses".
Primera y segunda negativas: no habrá subida de impuestosTras la intervención inicial de Rajoy, el líder de la oposición, el
socialista
Alfredo Pérez Rubalcaba, se mostró irónico y quiso hacerle decir lo
que en realidad Rajoy pensaba hacer: subir los impuestos. Le dijo Rubalcaba:
"Yo ya le digo que creo que hay que subir los impuestos, eso sí, no a todo
el mundo. Habrá que subir los impuestos a quien los puede pagar, y hay quien
los puede pagar en nuestro país. Una subida de impuestos selectiva en un doble
sentido a algunos ciudadanos, a algunas empresas; y selectiva en cuanto que no
puede afectar a los impuestos que son más sensibles o que tienen más efectos
sobre la demanda interior, que bastante deprimida la tenemos. Hay mecanismos. Hay
que subir los impuestos, señor Rajoy, y hay que decirlo. Hay que subir los
impuestos a través de la lucha contra el fraude fiscal, que está teniendo
éxito, que se puede incentivar, y bajar los gastos".
En su respuesta a Rubalcaba, Rajoy realizó la primera negación: "Yo tengo
que decir que mi intención es no subir los impuestos, porque en un momento como
este, y más a los pequeños y medianos empresarios o a las empresas, con las
dificultades que están pasando, no me parece lo más razonable". Rubalcaba,
en la réplica, siguió insistiendo en que Rajoy dijera lo que iba a hacer de
verdad y le exigió un impuesto para los ricos.
El portavoz de CiU,
Durán i Lleida, fue por el mismo camino -aunque incidiendo
en la perspectiva catalana y en su petición de pacto fiscal-. Rajoy, en su
respuesta, negó por segunda vez la subida de impuestos: "Ha dicho que comparte
el principio de estabilidad presupuestaria y que los ingresos deben aumentar
por vía de crecimiento y del empleo, lo cual es una apelación a no subir los impuestos,
sobre todo en una situación como la que estamos viviendo en estos momentos en
España. Yo estoy sustancialmente de acuerdo con estos principios generales que
usted acaba de afirmar y, por tanto, no voy a entrar en más detalles, porque
sería repetir lo que usted ha dicho, que a su vez era lo que yo había afirmado
por la mañana".
Rajoy niega por tercera vezEl dirigente de IU
Cayo Lara fue por la misma senda que los anteriores, le
pidió que actuara contra el gran fraude fiscal y le formuló preguntas muy directas
y concretas: "En concreto le quiero plantear alguna cuestión. Le pregunto
directamente: ¿banco malo, sí o no? Dígamelo directamente. ¿Se van a pagar con
los impuestos de los ciudadanos los agujeros que han creado unos cuantos que se
han dedicado a la especulación o no? Que los paguen los que han creado el
problema, no el Estado, no los impuestos públicos. Dígamelo así de sencillo".
En su respuesta a IU y a ERC, Rajoy hizo su tercera negación: "Soy
consciente de que es importante que haya consumo en España, que haya inversión.
Por eso no quiero subir los impuestos, porque eso va contra la inversión y
contra el consumo".
Todo eso ocurrió en la sesión de investidura de Rajoy como presidente del
Gobierno el 19 de diciembre de 2011. Una vez investido presidente, el 30 de
diciembre de 2011 Rajoy decidió subir los impuestos. Y hay quien dice que las
subidas no han acabado: el IVA está que 'tiembla'.
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