www.diariocritico.com

Mariano I, el Orgulloso

jueves 11 de octubre de 2007, 13:15h

No hizo falta recurrir a Youtube para ver el vídeo de marras. Con un look de clase media venida a más y una ambientación zarzuelera (o sea, casi clónica de la que se gasta el Rey a la hora de escenificar su mensaje navideño) el líder del Partido Popular se despachó a gusto ayer en los prolegómenos de la Fiesta Nacional. Si en junio tenemos el día del Orgullo Gay, a partir de este año, gracias a Mariano I el Orgulloso, vamos a tener para este y los sucesivos Doces de Octubre, el Día del Orgullo Español. ¡Toma ya! ¡Manda webs!

El Registrador de la Propiedad en excedencia está a medio telediario de registrar a nombre de su partido no ya España, su bandera, la Constitución y la Corona, sino hasta la dignidad y las querencias personales de los ciudadanos. ¡Carallo, Mariano, que las cosas no son tan simples! Que frente a ese concepto de nación y de patrioterismo se pueden ser muchas más cosas. Patriota crítico, por ejemplo. O indiferente, sin ir más lejos.

Echar mano del orgullo patrio -que como en la desaparecida mili el valor se le supone- no deja de ser un trillado recurso y, además, una llamada a ciertos instintos colectivos de infeliz recuerdo. Porque el discurso marianista de ayer, ese vídeo clónico del regio mensaje navideño, lleva un trasfondo, por otra parte nada sutil, que hace qu quien se sienta a favor tenga que hacerlo, forzosamente, en contra de otras cosas igual de respetables. En el universo maniqueo diseñado por Rajoy, estar a favor de España es, por descontado, estar en contra de todo tipo de nacionalismos periféricos o lícitas formas federalistas. Para el líder del PP, estar a favor de España lleva sobreentendido que se está en contra de Rodríguez Zapatero y de su Gobierno, encarnación del Mal Absoluto –es el ritornello de los Coros y Danzas Mediáticos del Partido Popular- sin mezcla de bien alguno. Demasiado simple. Peligrosamente simple.

Como peligrosamente simple resultaba ayer, en forma de una de sus melonadas habituales, la replica del inefable Pepiño Blanco, secretario de Organización del PSOE, al afirmar que “cuando la derecha se pone a gritar ¡España!, muchos españoles se estremecen”. A ver si somos capaces todos de tener la Fiesta Nacional, el Día del Pilar, la Fiesta de la Hispanidad o cómo demonios queramos llamar a la j0ornada, en paz y tranquilidad, ¡leñe!

[Estrambote polinacionalista: los nacionalismos periféricos andan cabreados con el revuelo formado en torno al Doce de Octubre, la Corona, la Constitución y la bandera común. Esta mañana, en la cadena SER, Iñigo Urkullu, sucesor in péctore de Josu Jon Imaz al frente del Euskadi Buru Batzar del PNV, se quejaba de la “ola-de-españolismo-que-nos-invade”... ¡Remilks! Está visto que los extremos se tocan. Urkullu habla de falso imaginario –el españolista- colectivo olvidándose de cómo es el propio del PNV y del panvasquismo. A esto se llama ver la paja en el ojo ajeno y no ver el pedazo de viga que deja tuerto el propio].
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios