Los 'cerebros' españoles vuelven a emigrar por los Pirineos
jueves 01 de diciembre de 2011, 12:57h
¿Cómo
nos ven del otro lado de los Pirineos? Es una cuestión que se plantea con
fuerza en una época de crisis para nuestro país, en la que, como ya había
ocurrido en otro tiempo, miles de jóvenes españoles deciden cruzar los Pirineos
en busca de una vida mejor.
Salvando ciertas diferencias, por supuesto. Quienes
deciden partir hoy son nuestros jóvenes mejor preparados, quienes sin
perspectivas de desarrollar su vida profesional dentro de nuestras fronteras,
huyen con valentía a una Europa, que aunque en menor medida, se encuentra
también sumida en una situación económica alarmante. Los destinos son muchos y
variados. Muchos escogen Alemania, los Países Bajos, Francia o el Reino Unido.
Pero, como en aquellos otros tiempos, España sigue despertando un interés
especialmente vivo en el país vecino desde todos los puntos de vista. En todos
los medios franceses se ha abordado la crisis que vivimos.
Desde
la pasada primavera, el movimiento 15-M ha creado ríos de tinta, y mayor
expectación han causado incluso las elecciones generales celebradas el pasado
día 20 de noviembre. La víspera de aquel día, Le Monde, el principal diario
francés, dedicó un número enteramente a nuestro país, que mostraba un sugerente
titular en una primera página a todo color: España, ¿adónde vas? Todas
las páginas y todos los suplementos estaban dedicados a España; en el
suplemento de cultura tradujeron a Javier Cercas, los deportes españoles
ocuparon todo el suplemento deportivo y en el de ciencia, se habló de Altamira.
Fue toda una innovación y una fuerte apuesta editorial, ya que en palabras del
director de Le Monde, Erik Israelewicz, "los asuntos internos de España, son
asuntos internos de Francia en una Europa unida y democrática que pertenece a
los ciudadanos". Y este espíritu sigue vivo en el blog que la versión
digital del diario dedica a nuestro país.
Aunque
fue Le Monde quien nos dedicó una "exclusiva", muchos otros medios, como el
Nouvel Observateur, dedicaron largos análisis a la realidad social, económica y
política de nuestro país, y además las elecciones fueron un tema de primera
página en todos los periódicos franceses. Sobre todo considerando que el
resultado electoral ha sido recibido con gran alegría por el Elíseo, ya que el
partido de Sarkozy es de la misma "familia política" que el Partido
Popular.
Todo
ello está ocurriendo cuando cada vez más españoles sin un sitio en su propio
país, escogen Francia como destino para intentar hacerse un hueco de este otro
lado. Podría compararse a aquella otra generación de españoles que, a lo largo
del siglo pasado, abandonó su tierra cuando ya no tuvo más remedio. Miseria y
persecución ideológica de entonces frente a crisis económica y social de una
juventud que no puede conocerse a sí misma hoy. Aunque no fue fácil para nadie
en esos otros tiempos, Francia dio una oportunidad a muchos españoles que, más
allá de los Pirineos, pudieron brillar, como Semprún o Picasso, por citar
algunos ejemplos.
Los
jóvenes españoles súper preparados de la actualidad también tienen muchas
barreras que cruzar además de los Pirineos. El idioma, la primera de ellas. Por
otra parte, la dificultad para entender esta época alcanza a toda la sociedad
occidental, y será una dificultad que nos perseguirá allá donde vayamos. No es
menos cierto que los jóvenes de este otro lado también están muy preparados y
que hay poco trabajo en todas partes. Nos hemos atragantado en un cuello de
botella de licenciados, doctores y soñadores en la que parece no haber sitio
para nadie.
Sin
embargo, es cierto que esta oleada de lo que se podría llamar "nueva
inmigración" llega en un momento en el que la sociedad francesa tiene un
conocimiento más profundo de España que el se que tuviera jamás en los duros
años de la Guerra Civil en los que Léon Blum se planteaba si intervenir o no en
el conflicto, o aquellos de la posguerra y el franquismo. Eso facilita un poco
las cosas.
La
fascinación por el folklore español sigue viva, pero nuestro país ya no
significa sólo toros, paella y sol y tampoco se dice ya que África empieza en
los Pirineos. Francia sigue muy de cerca la realidad española. Además de
aparecer constantemente en los medios de comunicación, España es una importante
referencia cultural. Esto se deja sentir en la exposición que exhibe ahora
mismo el museo de l'Orangerie de París, que lleva el nombre de España entre
dos siglos, de Zuloaga a Picasso (1890-1920) y muestra obras de nuestros
maestros más importantes, que también cruzaron en muchos casos los Pirineos, lo
cual tuvo una influencia innegable en sus creaciones artísticas. También, sin
ir más lejos, es palpable cuando nos acercamos a nuestros vecinos y observamos
cuántos franceses leen literatura española y latinoamericana, cuántos hablan
español y conocen España, cómo están de llenas las facultades de filología
hispánica y cuántos españoles de segunda o de tercera generación, hijos y
nietos de aquella otra oleada migratoria, buscan apasionadamente sus raíces.
Todos,
como magníficamente resumió el titular de Le Monde, se preguntan lo mismo:
España, ¿adónde vas? Pues de momento, España se va fuera, vaciándose por
dentro. Sería oportuno interpretar el Pensamiento de Pascal en el que
afirma que "la verdad a este lado de los Pirineos, es error más allá". Quizás,
los errores cometidos al Sur de los Pirineos, harán, de nuevo, que la verdad se
vaya más allá.