Siria: En marcha la cuenta atrás para Asad
lunes 28 de noviembre de 2011, 09:21h
La Primavera árabe se ha cobrado ya cuatro víctimas en la región: Ben Ali en Túnez, Hosni Mubarak en Egipto, Muamar Gadafi en Libia y Ali Abdula Saleh en Yemen. ¿Será Bachar al Asad, presidente de siria, el próximo ? Si, parafraseando a los taurinos, "no hay quinto malo", no hay dudas al respecto. Al-Jumhuriya al-'Arabiya as-Suriya, o la República Árabe Siria, está también en las primeras páginas de todo el mundo desde el comienzo de las revueltas árabes. Ese territorio, y con él todos sus ciudadanos (unos 20 millones), se ha convertido ahora en el objeto de todas las miradas árabes y occidentales por el cada vez más alto nivel de presión, amenazas y represión contra la población siria, que -tras la muerte de Gadafi en Libia- sitúan a su presidente Bachar al Asad, en lo más alto del ranking de los dictadores que en el mundo son. Su fulgurante estela , según las últimas cifras de la ONU, asciende a más de 3.500 muertos desde el comienzo de las revueltas a mediados de marzo pasado. Y, a esas cifras, hay que añadir cada día un constante goteo adicional de víctimas entre la población que se va levantando tan lenta como firmemente contra su presidente.
De norte a sur, y de este a oeste del país, es decir, de Turquía a Jordania e Israel, y de Irak a Líbano y el mar Mediterráneo, no hay sitio entre sus más de 185.180 km². que no haya conocido la crueldad de su contumaz y denostado líder que no ha dudado en ordenar a sus fuerzas de seguridad que disparen a matar para sofocar las protestas por la reforma.
La Liga Árabe decidió hace algún tiempo en El Cairo la suspensión de Siria en la organización supranacional si, de una vez por todas, su presidente no detiene la violencia y, -entre otras peticiones formuladas- no retira de las calles las fuerzas de seguridad. A pesar de los varios ultimatums lanzados y de la práctica inmovilizacion del régimen con las fuertes sanciones económicas impuestas por la Liga, una vez más, Damasco ha hecho oídos sordos a las peticiones y a las sanciones, y ha vuelto a conjugar el silencio diplomático con la acción violenta sin responder a la Liga.
La consecuencia lógica de la intransigencia de Asad son, por un lado, los cientos de miles de ciudadanos sirios que, contra su voluntad, han tenido que abandonar a familiares y haciendas para ponerse a salvo de su presidente. Por otro, los que se han quedado, que siguen manifestando públicamente su rechazo al régimen, con las consecuencias cada vez más sangrientas que toda la prensa internacional recoge a diario. La situación es tal que, hace muy poco, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, uno de sus aliados, comparó la situación que vive hoy Siria con la de una verdadera guerra civil. También la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, advirtió de esta misma posibilidad.
Lavapiés
En el mar madrileño de todos los continentes de la tierra, que es el barrio de Lavapiés, entre otros cientos de bares y restaurantes más, existe un pequeño y cuidado restaurante familiar regentado por dos sirios -marido y mujer- desde donde se observa, se comenta y se sufre con impotencia y terror, día a día, hora a hora, el terrible polvorín en el que se está convirtiendo su país. Allí , entre plato y plato, las más de las veces con una forzada sonrisa de circunstancias, sirven encantados a la habitual parroquia, mayoritariamente juvenil que fielmente llena el establecimiento, al tiempo que reclaman para Siria la libertad que viven en España.
Ambos son profesionales que vienen del campo de la tecnología y que la necesidad de emigrar ha convertido en dos excelentes restauradores. Ni uno, ni otro, se explican como Europa, tan guardián de la libertad en Libia, no actúa del mismo modo en Siria. Tampoco que España aún no haya roto relaciones diplomáticas . Los dos parecen haber olvidado que las relaciones internacionales, desgraciadamente, no parecen entender de personas, solo de intereses.
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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