El incidente que acabó con una herida
en el rostro de uno de los asistentes arbitrales y que obligó a
suspender el partido entre el Granada y el Mallorca de Liga no fue
una agresión. Se trataría finalmente de un accidente por culpa de
un paraguas defectuoso. Es la versión del Granada, que pide que no
haya sanción para el estadio.
El equipo andaluz acababa de
adelantarse 2-1 cuando el juego fue detenido en el estadio Los
Cármenes a falta de una media hora para acabar el partido, después
de que uno de los asistentes del árbitro recibiera el impacto en la
cara de un objeto procedente de la grada.
El técnico del Granada,
Fabri, dijo
que el objeto era parte de un paraguas que un joven lanzó
accidentalmente al árbitro, alcanzándole en la mejilla, mientras
celebraba el gol. "Ha sido un acto de verdadera mala suerte en
todos los sentidos, porque el pobre chaval tenía el mango en la
mano, parece ser que se le soltó sin querer", dijo Fabri.
Por su parte, la Policía Nacional el
lunes por la tarde entregó al joven al tutor del centro de acogida
del que procedía. El menor, de 15 años y nacionalidad marroquí,
fue puesto en libertad después de que prestara declaración ante la
Fiscalía de Menores, que así lo ha acordado tras escuchar al
chaval, a su educador y coordinador del centro, a la mediadora y a
algunos testigos.
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