martes 15 de noviembre de 2011, 22:01h
¿Saben qué les digo? que mucho acompañarle en los mítines y defender el
liderazgo del candidato a la Presidencia del Gobierno, pero a Pepe Griñán se la trae al freso lo que le ocurra al compañero Alfredo Pérez Rubacaba el
próximo domingo. Hombre, está claro que a él le gustaría que ganara, o
que en el peor de los casos, superara los 129 diputados que sacó
Almunia, qué duda cabe, faltaría más, pero tal y como se le están
poniendo al PSOE las cosas de complicadas en Andalucía, lo único que
desea en estos momentos el presidente de la Junta y secretario general
de los socialistas andaluces, es pasar página cuanto antes y dedicarse
de lleno a tapar agujeros y remendar el estropicio que le están causando
los dos monstruos que amenazan sus peores pesadillas, a saber, el
millón doscientos mil parados y la jueza Mercedes Alaya. Ambos no
dejan de crecer y de amargarle la existencia. Y ambos van a ser claves
no en estas elecciones generales, que también, sino y sobre todo en los
comicios autonómicos de marzo de 2012. Y lo malo es que no tiene ni idea
de cómo va a solucionar ambos problemas en los cuatro meses que le
quedan. Sé positivamente que Pepe Griñán no es religioso, pero para mí
que estaría dispuesto a ponerle las velas que hicieran falta al Gran
Poder para que hiciese el milagro a apartar de él esos dos cálices que
le traen por la calle de la amargura.
Del paro en Andalucía se ha
dicho casi todo. Y aunque la frialdad de las cifras nos dejen un tanto
atónitos, su reflejo en la sociedad andaluza supone millones de dramas
diarios. Una tasa del treinta y dos por ciento de desempleo que llega a
casi el cincuenta entre los jóvenes, más de un millón doscientos mil
parados que, a este ritmo de progresión geométrica, podrían llegar al
millón y medio en marzo, Cerca de cien mil familias sin ingreso alguno y
el continuo goteo de cierres de pequeñas y medianas empresas presentan
un panorama bastante desalentador para alguien que, como Griñán, ha sido
cocinero antes que fraile, es decir, que ocupó el puesto de ministro de
Trabajo con Felipe González, bastante antes de llegar a la
Presidencia de la Junta. Uno comprende su desasosiego pero no entiende
que la Junta siga casi impávida ante esta tragedia sin aportar ni
siquiera una sola idea que palie algo la crítica situación. Al
contrario, la Consejería del ramo es la más inoperante del Ejecutivo y
se limita a echar balones fuera tratando de evitar que muchos de sus
responsables -entre ellos varios ex consejeros, altos cargos de la Junta
e importantes responsables del socialismo andaluz- salgan salpicados
del otro monumental escándalo que sacude en estos momentos al Gobierno
autonómico andaluz: el de los expedientes de regulación de empleo
fraudulentos en los que se han dilapidado cientos de millones de euros
del erario público.
A tan solo cinco días de la cita electoral del 20-N, la jueza Mercedes Alaya ha hecho público un auto en el que pide información sobre la actual consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, y sobre el ex consejero y actual presidente de la Junta, José Antonio Griñán,
por haber autorizado sin las pertinentes medidas de control, ayudas a
veintiuna empresas por un importe superior, cada una de ellas, a
1.200.00 euros. Entre las empresas en cuestión están Santana Motor,
Altadis, A Novo Comlink, Faja Pirítica de Huelva,
Astilleros de Sevilla S.A., Dhul, Delphi, Ebro Puleva, Pickman,
Primayor, Promi Forja, Tioxide Europe, Minas de La Herrería o
Fundiciones Caetano. Pero hay más. Alaya también pone su punto de mira
judicial en Matsa, ya saben, Minas de Aguas Teñidas S.A., la empresa en
la que trabajaba Paula, la hija del ex presidente de la Junta y actual
vicepresidente en funciones y ministro de Política Territorial y
Administraciones Públicas, Manuel Chaves González, todavía
presidente del PSOE. Todo indica que la cúspide de la pirámide que
apuntaba la propia Alaya en su anterior auto, se acerca a pasos
agigantados y que la identidad del "señor X" de los EREs falsos, como lo
ha bautizado Javier Arenas, está cada día más cerca. Las amenazas
públicas del propio Chaves y de Alfonso Guerra a la jueza en sus mítines
de campaña dan una somera idea del nerviosismo que cunde por las venas
del PSOE.
Veremos cómo sigue esta película que amenaza con
convertirse en todo un hito del terror para el PSOE-A. Los "zombis", tan
de moda ahora, y no lo digo por González y Guerra, van a ser el cuento
de Caperucita si dejan que la jueza siga su pertinaz investigación. No
me extraña nada que Griñán opte estos días más por la música clásica
para evadirse de esta Noche de los Muertos Vivientes.