Los días finales de la campaña
martes 15 de noviembre de 2011, 09:02h
Se observa impaciencia en Rubalcaba y la dirección
de la campaña socialista: hasta seis mítines dio el lunes el
candidato, en su decidido propósito de no perder una sola
posibilidad. Su caravana electoral se detiene allí donde puede haber
un sólo ciudadano predispuesto a dar su apoyo a los planteamientos
de Rubalcaba. Rubalcaba sigue empeñándose en buscar el milagro que
las encuestas le niegan... Incluso aseguran los socialistas que la
distancia con el PP se ha recordado de los quince o dieciséis puntos
de hace dos meses a sólo nueve, algo que rechazan los populares, que
están convencidos de que las ganas de cambiar hace imposible una
remontada del candidato alternativo... A su vez, de día en día,
Mariano Rajoy se afianza en su nueva circunstancia de presidente en
funciones, de inminente presidente, o de presidente inevitable...
Curiosamente, a estas alturas, Rajoy hace saber su relación fluida
con Zapatero, pero también sus contactos permanente y solicitud de
ayudas para España tanto ante Sarkozy como ante Angela Merkel.
Sucede esto en unos días en los que han vuelto
elevarse las tensiones sobre los riesgos españoles de ser
intervenido. Zapatero ya se había apuntado ese tanto, de concluir su
mandato sin dar ocasión a que la UE y el FMI intervinieran las
cuentas españolas. Pero hasta el último momento, parece
dudoso que Zapatero pueda tener ese convencimiento, sobre todo, si
leemos las informaciones de las últimas horas acerca de nuevos
ataques a la solvencia española. Es evidente, a estas alturas está
muy comprobado, que los mercados terminan con los dirigentes
políticos, pasando o sin pasar por las urnas. Son más potentes,
esos dichosos mercados, que las inclinaciones de los ciudadanos o la
fuerza de la política. Si coincide con elecciones, bien, y si no, da
igual: se fuerza el relevo "con ocasión o sin ella". Los casos
griego, portugués o italiano son muy expresivos sobre el
particular.. Por el contrario, la filosofía que "venden" los
estrategas de Rajoy vienen a indicar lo contrario: La llegada del PP
a la Moncloa es, o pretende ser, todo un mensaje de confianza a los
mercados. Confían en el PP que la mera victoria del partido
conservador, antes de mover un solo papel o anunciar una sola medida,
significará un claro incremento de la confianza hacia los acreedores
de deuda españoles.
Sobre esa nueva figura que va adoptando Rajoy, ha
llamado la atención en las últimas horas el compromiso anunciado de
que, si gana los comicios del domingo, formará un Gobierno con
personas solventes del PP pero también con independientes no menos
solventes... Dicho de otro modo, que habrá personas sin
trayectoria política en su Gobierno... O sea, llamará a los
mejores, provengan de donde provengan.
Y a la hora de buscar apoyos coyunturales, pudo
sorprender el encuentro que mantuvieron Rubalcaba y el líder de UGT,
Cándido Méndez, en la sede de la central socialista. En entusiasmo
que mostró Méndez era fácilmente descriptible. Parecía que
alguien le arrastraba al lugar de la fotografía del encuentro...
Cuando se queman los últimos mítines de la campaña,
a Rajoy empiezan a parecerle excesivamente largas las campañas. En
realidad, lleva un par de años de campaña electoral. Hace un par de
años que empezó a reclamar elecciones anticipadas y el relevo de
Zapatero. Eso fatiga y agota a cualquiera, por convencido que esté
de que ya está a punto de conseguir su destino, en el palacete de la
Moncloa... Una cierta impaciencia parece ya estar padeciendo, según
las declaraciones que hace al diario El Mundo: "Lo peor ahora
para España es un Gobierno que no haga nada. A España le conviene
un Gobierno muy apoyado. El mensaje fuera de España es que vamos en
serio, que vamos a hacer bien las cosas y que apostamos con el euro.
Voy a salir vivo de esta legislatura, porque vamos a hacer una buena
gestión. Tengo el Gobierno en la cabeza...."
¿Saldremos vivos todos, de esta campaña y de esta
crisis?