viernes 11 de noviembre de 2011, 08:26h
En el Club de Fumadores por la Tolerancia,
que preside Javier Blanco, existe el convencimiento de que, si Rajoy gana las
próximas elecciones, la legislación que regula el consumo de tabaco en los
lugares públicos volverá a la situación anterior al pasado 1 de enero; es
decir, a que en los recintos cerrados existan lugares acotados para fumadores,
haciendo compatible la libertad de quien opta por el tabaco y los derechos de
los no fumadores. Y tanto la situación actual como la venidera (si es
que se confirma) producen división de opiniones en la sociedad, como se viene
observando. Es difícil adoptar una posición radical en algo en que intervienen
tantos intereses y tantos matices, pero si bien es cierto que el tabaco es
tóxico (lo que es innegable), quienes opten por su consumo no deberían ser
tratados como unos apestados que, en pleno invierno, salen a la puerta de los
bares a fumar un cigarrillo y a coger una pulmonía.
Los Fumadores por la Tolerancia reconocen
que el tabaco no es una prioridad, como lo son la situación económica o el
paro, pero que sí se trata de un asunto capital para la libertad
personal, y para el negocio de la hostelería y el mantenimiento de los puestos
de trabajo en ese sector. Por ello, están dispuestos a dar la batalla, y de
alguna intervención pública de Mariano Rajoy han deducido que, aunque se haya
manifestado con cierta ambigüedad, estaría dispuesto a optar por el "modelo
holandés", según el cual en los bares existen espacios separados, y los
empleados hosteleros no tienen la obligación de entrar en el área de fumadores.
Y cambiamos de asunto para poner unas
palabras de reconocimiento sobre el gesto de una mujer granadina, María Palma,
que vive una situación de necesidad económica, con tres hijos en paro y con una
prima discapacitada a su cargo. Esta buena mujer encontró en la calle una
cartera que contenía 16.000 euros y no dudó en buscar a sus propietarios para
entregarles el dinero. Algunos dirán que esa es la reacción normal, lo que hace
todo el mundo. Pero sabemos que no es verdad, y por eso traemos aquí a esta
mujer, María Palma, para darle las gracias por la decisión que tomó. "Es lo que
haría todo el mundo", se dice, pero, por desgracia, no todo el mundo lo
hace.