No hubo pegada de carteles como antaño ni fue un acto
'espectacular', pero diez minutos antes de las doce de la noche -hora oficial
del inicio de la campaña- los socialista abrieron la urna, su urna particular,
para votar a Alfredo Pérez Rubalcaba. El primero en hacerlo fue el líder del
PSM, Tomás Gómez, con un cartel en el que se leía "Vota PSOE". De esta manera simbólica recibieron a
Rubalcaba los cerca de tres mil entusiasmados militantes que abarrotaban el
Polideportivo Virgen del Val de la localidad madrileña de Alcalá de Henares en
el primer mitin de inicio de la campaña que el candidato socialista calificó
como "decisiva" y en la que alertó que están en juego los "valores de la
izquierda".
Con el traje de
chaqueta oscuro y la corbata a rayas que parecen haberse convertido casi en su
'uniforme' de campaña,
Alfredo Pérez Rubalcaba llegó al Polideportivo de la
localidad madrileña de Alcalá de Henares acompañado de su 'número dos', Elena
Valenciano, y del líder del PSM,
Tomás Gómez. "Se siente, se siente,
Alfredo presidente", le coreaban los entregados militantes que estuvieron
esperando pacientemente el inicio del mitin cerca de dos horas. Y el
candidato agradeció el fervor, pidiendo a cambio a los suyos que no se
desanimen, que "peleen" por lo que creen y que "corran más que el PP"
porque considera que todavía hay tiempo de dar la vuelta a las negras
encuestas. "Lo importante no es la recta final, sino la meta", sentenció
Rubalcaba.
Y aunque en todas las intervenciones -la de
Elena Valenciano y la de Tomás
Gómez, que le precedieron- hubo algunas referencias a Zapatero reconociendo que
el presidente ha soportados etapas "muy duras", se echó en falta su presencia
en un día tan señalado. El propio candidato le dedicó un pequeño homenaje
cuando se refirió a los avances sociales conseguidos en estas dos legislaturas
recordando que Zapatero ha sido el artífice de las políticas de igualdad entre
hombres y mujeres o el impulsor de la ley del aborto que el PP quiere reformar
si gana las elecciones. Por lo demás, Rubalcaba parece haber olvidado que ha
sido corresponsable de los duros ajustes acometidos por el Gobierno y ahora
reclama otras políticas para salir de la crisis. Incluso reconoció que "echando
la vista atrás, hay cosas que haríamos de otra manera".
Pero hoy era su
gran día y Rubalcaba, algo afónico después de una dura jornada de mítines -
venía de Cantabria-, se entregó a su público para defender los "valores de
la izquierda", unos valores que en su opinión están en juego el 20-N. Por
ello, calificó estas elecciones como "decisivas" y "muy
importantes" porque los españoles, dijo, deben de elegir entre el modelo
de la derecha y el de la izquierda y deben también decidir si quieren volver al
año 1996, algo que no para de repetir
Mariano Rajoy, una etapa en la que la
economía iba bien porque estaba basada en 'el ladrillo', ópinó el candidato,
que se comprometió a decir "la verdad" durante la campaña de
cómo está la economía para que nadie se llame a engaño.
Una de las
frases más celebradas por la militancia fue cuando señaló que Mariano
Rajoy intenta que hacer de ésta "una campaña válium", en la que no se
hable de los servicios públicos ni de los derechos y las libertades.
"Porque cuando no hablan es que quieren cortar", agregó, provocando
que algún que otro espontáneo arremetiera contra el líder del PP desde las
gradas.
Lea también:-
Especial Elecciones 20-N>>-
La campaña empieza para Rubalcaba ganando el 'Faisán' y perdiendo el 'Campeón'-
El PP y el PSOE dan el pistoletazo de salida a una campaña electoral teñida por la crisis