Iñigo Urkullu presentó en un desayuno informativo en
Nueva Economía Fórum, en Madrid, la propuesta con la que, en términos
generales, el PNV afronta los comicios del 20-N. El líder peneuvista fue
taxativo en algunos de 'interés nacional', como que "no estamos planteando
la independencia de Euskadi", como que no plantean la 'unidad' de "los
siete territorios históricos", como que "estamos hablando desde el
ámbito jurídico de la Comunidad Autónoma vasca" y como que "nadie va
a tratar de imponer nada a los navarros".
Un tercio de su intervención estuvo dedicada a
analizar la situación de paz creada tras el último comunicado de ETA en el que
renuncia definitivamente al uso de la violencia, y en este punto repartió
elogios tanto para
Rodríguez Zapatero como para
Mariano Rajoy, con los que ha
mantenido numerosos encuentros durante el último año.
"Quiero hacer un reconocimiento expreso a José
Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español, por su tenacidad y
compromiso a la hora de poner fin a tantos años de violencia terrorista y la
disposición pese a las frustraciones sufridas", dijo de Zapatero, para
añadir seguidamente un guiño directo a Rajoy: "Igualmente, quiero dejar
constancia de mi respeto y agradecimiento a Mariano Rajoy, presidente del PP,
por la prudencia y responsabilidad demostrada ante el momento histórico que
estamos viviendo. Reconozco su esfuerzo para abstenerse del interés electoral,
para alejarse de las fuertes presiones que han pretendido influenciarle".
Contra los 'halcones' del PP¿Quiénes son esos 'halcones' del PP? Urkullu dio
algunas pistas, aunque no todas:
José María Aznar,
María Dolores de Cospedal y
Esteban
González Pons. Pero alabó de Rajoy que no haya escuchado estas
"voces", al tiempo que le dirigía un mensaje de colaboración para el
futuro, tras el 20 de noviembre: "Tenemos que construir este país entre
todos". Se trata, sin duda, de una oferta de diálogo, independientemente
de si las elecciones dan mayoría absoluta o sólo relativa al Partido Popular.
En otro orden de cosas, Urkullu restó importancia al
aparente ascenso electoral de Bildu o Amaiur y se mostró convencido de que el
PNV tendrá grupo propio en Madrid, sin ayuda de nadie: "No contamos con
otra posibilidad tras el 20-N que contar con grupo propio. No contemplamos otra
posibilidad". Fuentes peneuvistas admiten, a este respecto, que Bildu -o
Amaiur- crecerá mucho y que quitará escaños a todos, pero especialmente
-insisten- al Partido Socialista de Euskadi. Según estas fuentes, el PNV podría
contar con cinco o seis diputados, uno o dos menos que los conseguidos en las
elecciones de 2008.
Mano tendida y un aviso: no al 're-centralismo'En términos generales, Urkullu mostró su disposición
a grandes acuerdos nacionales resaltando que "resulta paradójico que sea
un nacionalista vasco quien reclame a los dirigentes políticos del Estado un
ejercicio de responsabilidad para salvar a su país del precipicio
económico". Pero la afirmación vino acompañada de un aviso: no al
're-centralismo' que parece que se adivina en el horizonte inmediato.
"En este nuevo tiempo que se aproxima, alguien
puede tener la tentación de reconducir el modelo autonómico. No faltan voces que claman y proclaman un
nuevo centralismo. Se habla de eliminar
diputaciones, de devolver competencias a un poder central que garantice 'la igualdad
de servicios' a la ciudadanía. Todo ello sin matizar el respeto debido a las
realidades históricas", dijo Urkullu, para advertir seguidamente:
"Aquí mi advertencia a quien pretenda convertir el café para todos en disolución
para todos. No admitiremos que en la 'próxima transición' se pretenda diluir el
autogobierne vasco en un nuevo mapa de 'sano regionalismo'".
Es decir, que el PNV no va a admitir que nadie pase
factura a Euskadi por el fracaso político de otros: "Nadie va a apagar la
luz en Euskadi por el impago de otros". Una advertencia en toda regla, sin
duda.
Por otro lado, pero en este mismo sentido, Urkullu
detalló por qué fija la fecha de 2015 para un nuevo estatuto político para
Euskadi: las elecciones vascas serán en 2013 y desde ese año a 2015 da tiempo
de pactar entre todas las fuerzas vascas -incluyendo a los abertzales de
izquierda, que ya estarán entonces en el Parlamento de Vitoria- un nuevo marco
jurídico para Euskadi que será luego llevado a las Cortes Generales.
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