PP, un programa cumplible, para no molestar a nadie
lunes 31 de octubre de 2011, 10:27h
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José Cavero
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Sigue quemándose el calendario electoral. Ya
hay candidatos, lemas y eslóganes electorales, incluso algunos videos "de
combate", y han quedado para el final algunas propuestas electorales. Otras ya
fueron proclamadas hace semanas, y a estas alturas, ya no se sabe bien si las
que se anuncian son viejas, revisadas o
de última generación. Lo cierto es que, a 20 días de las elecciones y en medio
de un puente festivo, Mariano Rajoy presidió esta mañana del lunes en
Santiago de Compostela el Comité Ejecutivo Nacional del PP, en el que quedó
aprobado el programa electoral con el que concurrirá a las elecciones generales
del día 20, y cuyas líneas centrales ya se habían divulgado en los últimos
días, particularmente el fin de semana último. En esencia, se advierte que el
programa "definitivo" incluye menos impuestos al capital, salarios a la baja y
el compromiso de no negociar con los terroristas "ni por la presión de la
violencia ni por el anuncio de su cese". El programa, cuyas 100 medidas fundamentales ya hizo públicas el domingo Rajoy,
evita medidas impopulares y recoge que se reformará el aborto pero no aclara
exactamente cómo.
Advierten
los analistas que nos hallamos ante un texto voluntariamente ambiguo, lleno de
ideas sin rematar y "pensado para no molestar a nadie"... Pero , que, en todo
caso, marca claramente una línea ideológica
tradicional de este partido conservador: Es una propuesta muy similar a la de
1996, pese a la muy diferente situación económica, que nadie niega, con bajadas
de impuestos importantes a pequeñas empresas, de hasta cinco puntos menos en
Sociedades, a emprendedores, y, sobre todo, a lo que en el programa se define
como "ahorradores", que aunque no queda claro en el texto, parece
orientado a bajar la presión sobre las rentas del capital. A pesar de que Rajoy
dijo que no iba a tocar el IRPF en un primer momento, el PP plantea una
"modernización" de este impuesto, el más importante, y una deducción
nueva "para el incremento anual del ahorro", donde se incluye el dinero del ahorro
destinado a la vivienda habitual, para amortizar la hipoteca, y cuya fiscalidad mejoraría. El PP también
promete recuperar la deducción por compra de vivienda que el PSOE sólo ha
mantenido para los que ganen menos de 24.000 euros. La bajada de impuestos a
quienes el PP llama ahorradores y que suele afectar, sobre todo, a rentas del capital, como inversiones en Bolsa, plusvalías, es la
línea que el PP ya apuntó en su reforma de 1997. También, en estas materias, se
plantea el PP mejorar la fiscalidad de los planes de pensiones.
El PP no
plantea ningún recorte en sanidad o educación, ni nada por el estilo, pero
tampoco habla de ningún nuevo impuesto para recuperar una recaudación que el
propio Rajoy define como muy preocupante. No se atisba un impuesto a las
grandes fortunas al estilo de la derecha francesa, o como el que apadrina su
adversario Rubalcaba. Otro de los asuntos en los que hay un atisbo de
concreción, aunque sin rematar, es el de la reforma laboral. No hay contrato
único, a pesar de que muchos en el PP lo pedían. Parece que Rajoy ha querido
suavizar también eso. Pero sí se promete una "simplificación" de los modelos de
contratación. Y, sobre todo, hay una reforma sobre la que hay muy poco debate
pero que tiene una gran trascendencia: la de la negociación colectiva. El PP no
eliminará los convenios sectoriales y provinciales, pero aclara: "Tendrán
prevalencia en cuestiones salariales y condiciones del trabajo los convenios o
acuerdos de empresa".
En materia de salud, el PP impulsará la tarjeta sanitaria,
la historia clínica electrónica y la receta electrónica única, que deberán ser
"compartidos" e "interoperables" para que toda la
información disponible del paciente sea accesible en cualquier centro sanitario
de España. Una ley de protección de la maternidad y un cambio en el aborto "reforzará
la protección del derecho a la vida", pero no habla de derogación, como sí lo
hacía en abril, ni aclara cómo será esa reforma. En el mundo de la cultura, el
PP pretende sustituir "progresivamente" el actual modelo de
financiación y promoción de la cultura basado en subvenciones por otro nuevo,
en el que particulares y empresa se involucren a través del
"mecenazgo".
Ya han
quedado claros otros aspectos: Respecto a ETA, los populares no van a negociar
ni en tiempos de bombas ni en tiempos de paz tras el anuncio de cese de la
violencia del 20 de octubre. Recordemos que, en su comunicado, ETA pedía que
los estados español y francés negociaran las consecuencias de lo que los
terroristas denominan "conflicto" vasco. Los populares entienden que
ese compromiso será "un principio básico de la política de seguridad del
Estado". El PP promoverá el
reconocimiento y la memoria de las víctimas y apoyará las iniciativas de la
sociedad civil en este sentido. Se advierte que Rajoy puede hacer una política
penitenciaria perfectamente legal que facilite el fin total de ETA, con acercamientos,
terceros grados, presiones para revisar la doctrina Parot, sin
negociar en ningún momento con la banda.
En
suma, un programa "cumplible". O como
Rajoy habría dicho, previsible...