Una cena (de idiotas) para recordar

La obra se encuentra en su cuarta entrega en España, nuevamente bajo la dirección de Juan José Alfonso, y puede presumir de un majestuoso elenco encabezado por Josema Yuste, Agustín Jiménez y Félix Álvarez 'Felisuco'. El mayor éxito logrado por Alfonso es haber mantenido el espíritu del humor de la versión original, y no haber seguido solamente 'el texto de la obra', tal y como hizo la versión estadounidense. El montaje y la genialidad de la adaptación logran despertar en el espectador esa duda sobre 'quién es realmente el idiota'.
 
No es una comedia de situación ni un drama cómico. Es una especie de crítica social entretejida con pespuntes cómicos que transmiten ternura y tan propensa a la carcajada como a la compasión o a la nostalgia. Resulta muy fácil sentirse identificado con cualquiera de las escenas de la obra. Porque lo difícil en este mundo es el aceptar las manías -incluso locuras- de los demás, ya que la ausencia de ellas puede ser la verdadera idiotez.
 
Esta adaptación de 'La cena de los idiotas' huye de decorados pomposos, de engañosos juegos de luces y de banda sonora alguna. Exige centrarse en la actuación de los actores, en los pequeños gestos e incluso en los silencios, que sobran para garantizar una sonrisa intermitente (que no permanente) durante las casi dos horas de función.
 
¿Quiénes van a cenar?

A cenar deberíamos ir todos, y las coordenadas son en el Teatro Infanta Isabel todos los días menos los lunes. Con el único objetivo de reírse a costa del inocente invitado -desconocedor de las verdaderas intenciones de su invitación- por considerarlo un 'idiota. A Carlos Bermúdez, un editor exitoso y uno de los participantes de esta singular reunión, le han recomendado un idiota con el que tiene 'todas las cartas' para ganar. Pero ¿será el invitado el verdadero idiota?