martes 18 de octubre de 2011, 15:24h
Una carrera más para los ciclistas tipo diesel, como su último vencedor, Cadel Evans, que para los grandes escaladores como Alberto Contador. El Tour de Francia ofrecerá un renovado recorrido para su edición de 2012, con
la vuelta de las dos contrarrelojes individuales, y la ausencia de finales en
cimas míticas como había sucedido en los tres últimos años.
El diseño de la 'Grande Boucle', conocido por un error informático con
anterioridad y hecho público este martes en París, ofrecerá una nueva
oportunidad a aquellos que sepan defenderse en la montaña y marchen bien en la
lucha contra el crono, aunque los escaladores también tendrán su terreno para
plantear batalla, pese a que sólo tendrán tres finales en alto.
Así, en un primer vistazo, el recorrido se podría ajustar a las
condiciones de ciclistas como el actual ganador, el australiano Cadel Evans
(BMC), o el español Alberto Contador (Saxo Bank-Sungard), triple campeón y que
aún no sabe si podrá estar en la salida hasta que el Tribunal de Arbitraje
Deportiva decida sobre su caso, corredores capaces de brillar en la contrarreloj
y que en la montaña se mueven con soltura, sobre todo el de Pinto, que partirá
con cierta ventaja y que ha dejado claro que no estará en el Giro de Italia, un
esfuerzo que pagó en 2011 en su intento por lograr la cuarta corona.
En cambio, para el luxemburgués Andy Schleck (Leopard-Trek), segundo en
las tres últimas ediciones, o para su hermano Frank, el camino hacia el ansiado
maillot amarillo será mucho más complicado por sus conocidos problemas en las
cronos, donde el menor se dejó la victoria este pasado verano, y además no
tendrán a su favor que haya una por equipos.
De este modo, y después del prólogo de 6,1 kilómetros por las calles de la
ciudad belga de Lieja, los favoritos deberán afrontar dos luchas individuales
más. La primera será en la novena etapa, antes del primer día de descanso, entre
Arc-et-Senans y Besançon, de 38 kilómetros, y la segunda la tradicional
penúltima jornada, de 52 y entre Bonneval y Chartres. Desde 2008, los
organizadores no habían puesto dos contrarrelojes.
Sin embargo, también habrá montaña para que haya 'batalla' para recuperar
el terreno perdido e incluso intentar llegar con ventaja a la primera. No habrá
finales en cimas míticas como en los tres últimos años como el Mont Ventoux
(2009), el Tourmalet (2010) y el Galibier (2011), y las grandes ascensiones
dejan paso a otras menos conocidas, pero que auguran espectáculo.
LOS PIRINEOS SERÁN JUECES ANTES DE LA CRONO.
Para empezar, el pelotón tendrá que afrontar el paso en la primera semana
de unas jornadas llenas de pasos montañosos, siendo el primer final en alto en
la séptima, con la llegada a La Plance de Belles Filles, corto (5,5 kms), pero
con porcentajes medios duros (9,5) y unos 200 metros finales tremendos al 20 por
ciento.
En cuanto al paso por los Alpes y los Pirineos, como es habitual,
intercambiarán su orden respecto a 2011, con la segunda semana para las cotas
alpinas y la tercera, y siempre más decisiva, para las pirenaicas.
En cuanto a las primeras, vuelve La Toussuire (undécima), donde en 2006
Óscar Pereiro, posterior vencedor, y Carlos Sastre, realizaron una exhibición,
con paso previo por la Croix de Fer, la Madeleine y Col de Mollard, con sólo 15
de los 140 kilómetros de llano, y un día antes será el turno del Grand
Colombier, que se estrena y que pasa por ser una de las ascensiones más duras
con 17,4 kilómetros con porcentajes medios superiores al siete por ciento y
rampas por encima del 12.
De todos modos, el protagonismo quedará para el final. En la decimoséptima
etapa, probablemente la 'reina', los favoritos llegarán a Bagnères de Luchon
tras pasar Aubisque-Tourmalet-Aspin-Peyrosourde, y al día siguiente tendrán el
Port de Bales, escenario donde en 2010 se produjo la 'famosa' salida de cadena
de Andy Schleck que le pudo costar el Tour, y el final en la estación de
Peyragudes, por la vía del Peyrosourde.
"La palabra madre de esta 99 edición del Tour de Francia, es la novedad.
La montaña también, pero no solamente las grandes cotas. Hay más contrarrelojes
y menos finales en alto, pero realmente no creo que se pueda predecir quien va a
ganar", advirtió Christian Prudhomme, director de la carrera.