La más amplia celebración de los indignados
domingo 16 de octubre de 2011, 09:43h
Se calcula que ciudadanos de más de 950 ciudades en casi 100 países han participado este sábado en la
protesta global del 15-O. Una manifestación que ha sido organizada
a través de Internet para reclamar un cambio democrático y para
protestar contra la élite política y económica, es decir, con idénticos
propósitos que los que pusieron en marcha la "movilización de los indignados, y
se ha extendido, enraizado y manifestado en mediomundo...Prácticamente todas las
páginas web y los diarios en la red siguieron, durante toda la jornada, la evolución de las movilizaciones varias
ciudades de España en y las
principales ciudades del mundo. Por ejemplo, los manifestantes abarrotaban, al llegar la noche, la madrileña plaza de
Cibeles, en el centro de la capital. De igual modo, en Barcelona, decenas de
miles de personas se concentraron en la plaza de Cataluña. Y se tenían noticias
de, entre muchas otras ciudades del mundo, de lo acontecido en Roma, donde seguían los choques después de que
grupos violentos quemaran un edificio oficial... El ministro del Interior
italiano, Roberto Maroni, llegó a asegurar que "había criminales infiltrados
entre los indignados" que se manifestaron en Roma. A su vez, el alcalde de la
ciudad, dijo que a la capital italiana había llegado "lo peor de
Europa". Pero Roma constituía la
excepción a las celebraciones, generalmente festivas, en las que participaron
familias anteras, con niños, pancartas y eslóganes, aprovechando una
extraordinaria tarde veraniega-otoñal...
Estos indignados de un centenar de países de los cinco continentes, habían sido
convocados a salir este 15 de octubre (15-O) a las calles de las más de 650-1000
ciudades de todo el mundo que han decidido sumarse a la convocatoria que el Movimiento 15-M realizó el
pasado 30 de mayo para reclamar, a nivel internacional, "un
cambio global" ante la situación económica, política y social actual. Tokio,
Buenos Aires, Santiago de Chile, Los Ángeles, San Francisco, Montreal, Frankfurt, Sao Paulo, Sydney, Auckland, Kuala
Lumpur, París, Roma, Helsinki, Copenhague o Bruselas fueron algunas de las
ciudades en las que los indignados protagonizarán manifestaciones. Se estima que,
en España, hasta 60 ciudades se han sumado a la iniciativa global, con Barcelona y Madrid a la cabeza. Tanto en la capital catalana
como en la española, las marchas transcurrieron de forma ordenada, cívica y
reivindicativa. De manera muy diferente a lo sucedido en Roma, donde una multitudinaria manifestación que se calcula
que reunió a unas 200.000 personas, vio cómo la
protesta degeneraba en violencia: La policía italiana cargó contra varios
grupos de encapuchados, desligados del espíritu pacífico del 15-O, que les
arrojaban piedras, bengalas y petardos. Las fuerzas de seguridad utilizaron gases lacrimógenos
y cañones de agua contra los grupos de manifestantes violentos que quemaron
varios coches y asaltaron comercios y sucursales bancarias. Incluso un
edificio anexo del Ministerio de Defensa en Roma fue atacado e incendiado
en parte. Testigos presenciales denunciaron que fueron los encapuchados quienes
originaron los disturbios, tras infiltrarse entre los manifestantes. En las
imágenes ofrecidas por la televisión italiana se pudo ver un vehículo policial
en llamas, aunque se cree que todos sus ocupantes pudieron salir del furgón
antes de que fuera rodeado, apedreado e incendiado por un grupo de
manifestantes violentos. Según fuentes de los servicios médicos, cerca 20
manifestantes y treinta agentes tuvieron que ser atendidos, tras los
incidentes, debido a las heridas producidas al ser alcanzados por algún
objeto. Los organizadores de la marcha lamentaron que los incidentes
eclipsaran el motivo de las protestas. En el resto del mundo, empezando
por Madrid y Barcelona, el civismo fue la nota dominante. En Londres, se sumó a
las protestas el fundador de Wikileaks, Julian Assange, actualmente en libertad bajo fianza. La
Policía, prohibido a Assange que utilizara una máscara en la manifestación. Frankfurt
fue otro de los escenarios del 15-O. Los indignados alemanes habían
fijado su objetivo en la sede del BCE, y alrededor de un millar de
manifestantes marcharon hacia la sede del Banco Central Europeo (BCE), con pancartas de
protesta contra la especulación financiera y el poder de los mercados
bancarios. Pero también en Sydney, donde unas 500 personas se concentraron en
el centro de la ciudad para expresar su rechazo a la corrupción y a la codicia
empresarial. Los indignados portaban pancartas con lemas como
"No os podéis comer el dinero" o "Somos el 99%".
"Estamos aquí como parte de la movilización global, el movimiento de
ocupación, con un mensaje común: queremos un mundo para las necesidades
humanas, no para la codicia de las empresas". O en otras ciudades
australianas como Brisbarne o Melbourne o en la vecina Nueva Zelanda, donde más
de 500 personas participaron y donde los manifestantes pretenden establecer un
campamento permanente. Y en Bruselas, o en Washington, donde se emplearon
eslóganes parecidos: "Unidos en una sola voz, haremos saber a los
políticos, y a las élites financieras a las que sirven, que ahora somos
nosotros, la gente, quienes decidiremos nuestro futuro. No somos mercancía en
manos de políticos y banqueros que no nos representan", decía el
comunicado difundido en Bruselas por los coordinadores de todas las
movilizaciones y en las diferentes convocatorias.
Unas celebraciones que han pretendido,
nada menos, que cambiar el mundo...