La dura campaña de Rajoy
y Rubalcaba
jueves 13 de octubre de 2011, 08:55h
Este miércoles, con
ocasión del desfile y homenaje a la bandera que se desarrolló en el Paseo de la Castellana, tuvimos la
oportunidad de contemplar el diálogo que mantuvieron los dos candidatos a la
presidencia del Gobierno, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba y el líder del
PP, Mariano Rajoy. Primera comprobación: Conversaron animadamente del orden de
diez minutos. Y dicen fuentes conocedoras del diálogo que ambos aspirantes
intercambiaron impresiones sobre "la dura campaña" y
"deportes", afición que ambos tienen en común. Con una
puntualización: los asuntos deportivos no incluyeron, en todo caso, la debatida
incorporación de la atleta Marta Domínguez, en su día denunciada como sospechosa
de dopaje, en las listas del PP al Senado.
De manera que los dos adversarios parece que
coincidieron en observar lo dura que resulta una campaña electoral sobre todo
para los cabezas de serie, claro. Otros aspirantes a escaño parlamentario tal
vez no lleguen ni a comprobar esas dificultades que registran y afrontan los
líderes. Buena parte del "pelotón"
prácticamente no tiene otro "trabajo" que el de conseguir un buen puesto
en las listas..., y "echarse a dormir". O poco más. ¿Dureza? Competir con los
correligionarios, convencer a quien hace las listas, o a quien les da el visto
bueno final... Naturalmente, una buena hoja de servicios, y no haber producido
alguna clase de manifestación inoportuna, improcedente o "políticamente
incorrecta". O sea, ser un candidato que aporte y no disuada, que sume y no
reste... Claro que eso es sumamente discutible. Estamos terminando de conocer las
listas de candidatos, y siempre hay sorpresas por ausencias o presencias
imprevistas. En las listas de Rubalcaba ha habido, con certeza, muchas más
dificultades que sortear que en las de Rajoy. Pero es evidente que, a la hora
de confeccionar una lista, cada líder tiene a sus incondicionales y a quienes
no terminan de darles plena confianza, por causa de algún antecedente o por
alguna información "confidencial" de la que es probable que tengan noticia los
correspondientes "jefes". Luego están las "recomendaciones", o lo contrario,
que hacen los correspondientes comités de listas, nacional o locales.
En esta materia
también funcionan los "barones" con mando en plaza, más o menos exigentes
incluso contra la opinión del primer gran jefe. Y finalmente, los "ajustes
finales": un aspirante puede ser rechazado en la circunscripción que hubiera
querido, pero viene "al pelo" para dar consistencia y realce a otra relación de
aspirantes. Ignacio Astarloa, Marta Domínguez, Gabriel Elorriaga, Arias Cañete, Carlos Aragonés, Álvarez de
Toledo, y por supuesto, Ruiz Gallardón, todos y cada uno, hicieron llegar su
"carta al Rey Mago Rajoy", no sólo para estar, sino además, para obtener un
puesto en el que "salir elegido". Y del mismo modo, Rubalcaba ha tenido que
"templar y mandar" para contar o no contar con unos cuantos aspirantes a
obtener el gran premio de la rifa del 20-N: Cuatro años de sueldo estable y
abundante y un trabajo "llevadero".
La dura campaña de los líderes, -la de los veinte
mítines y treinta entrevistas en quince días- apenas ha comenzado, pero sí
rueda ya en otras como la elaboración de listas y lanzamiento de los primeros
compromisos con los electores. La dura campaña del líder...