Los ánimos deben estar más que caldeados en la selección
española, por mucho que se quiera acusar a la prensa de crear malos ambientes
que no existen. Es cierto que en términos generales la convivencia en un
complicado vestuario como el de La Roja es muy bueno, pero ha habido, hay y
habrá asperezas, como es lógico en un grupo tan heterogéneo. El caso es que en
esta concentración, tras el partido con la República Checa, al defensa del Real
Madrid Raúl Albiol, un compañero le rompió el pómulo de la cara en un
entrenamiento.
Hasta ahí, todo normal. No pasa nada. Esto del fútbol es un
deporte de choque, de lucha y entrega. Pero... ¿por qué ocultar quién le rompió
la 'cara' cuando es habitual reconocerlo y hacerlo público? En seguida los
rumores se dispararon: ¿sería un jugador del Barça y Del Bosque prefería
ocultarlo para no caldear el ambiente? Pues así fue: el jugador que le rompió
el pómulo fue el barcelonista Sergio Busquets, quien en un choque involuntario,
con el codo, acabó lesionando a Albiol. Al final, ponerse la venda antes de la
herida, nunca mejor dicho, ha causado más revuelo. Hace falta más naturalidad,
y si no, que se lo digan a Iker Casillas, capitán de La Roja, que siempre se
empeña en demostrar que el ambiente, como decimos, es generalmente muy bueno en
el vestuario de la Selección: