Un golazo de Canales ante un Granada peleón sube al Valencia al liderato a falta de los partidos de hoy (1-0)
sábado 01 de octubre de 2011, 22:12h
El Valencia sacó adelante su compromiso ante el Granada tras
imponerse por la mínima en un partido muy cómodo para los locales, tanto
que cayeron en la indolencia y dieron vida a un rival que tuvo, en la
segunda parte, sus opciones para haber sacado algo positivo en su visita
a Mestalla. Así, los 'che' se ponen líderes provisionales, a falta del resto de partidos de este domingo.
El Valencia afrontó el partido con mucha intensidad
en su arranque, encerrando en su parcela a un Granada que se veía
desbordado por el buen juego de los locales. Un disparo seco de
Canales desde la frontal abrió el marcador a favor de los de Unai Emery y
supuso el primer tanto del cántabro con la camiseta valencianista,
cuando todavía no se habían jugado cinco minutos de partido.
El
Granada era un juguete en manos de un Valencia que se sabía superior.
Piatti y Soldado pudieron aumentar la ventaja local. Los andaluces poco a
poco se fueron metiendo en el partido a base de incrementar una
posesión que en los primeros minutos había sido casi exclusiva de los
valencianistas.
Los andaluces comenzaron a triangular bien pero
adolecieron de llegada, ya que Guaita apenas tuvo que intervenir en el
primer tiempo. El Valencia cayó en la relajación y sus aproximaciones al
área rival fueron más contadas aunque siempre con más sensación de
peligro que las de su rival.
En la reanudación, el Valencia seguía
jugando muy fácil pero no terminaba de concretar su superioridad en el
marcador. El Granada comenzó a creer en sus posibilidades ante un rival
acomodado que provocó los silbidos en la grada. El larguero
impidió el empate del Granada, en el ecuador del segundo acto, en un
remate de cabeza de Iñigo López, que despertó al Valencia que, en la
jugada siguiente, disfrutó de un claro contragolpe para marcar el
segundo.
El conjunto de Mestalla le imprimió más velocidad en su
juego y buscó con más continuidad el segundo tanto que le permitiera
afrontar con tranquilidad la recta final del partido. Pero la
animosidad valencianista se diluyó rápidamente. Fue el Granada el que le
puso más casta en busca de un gol y le metió el miedo en el cuerpo a un
Valencia timorato, que acabó sumando los tres puntos en un partido
discreto, en el que dio la sensación de que pudo golear y en el que
acabó pidiendo la hora