Mucho dio que hablar el almuerzo del
Rey en el Congreso por sus inesperados
malos augurios para la economía de España, pero esta no fue la única 'comidilla' del acto del miércoles en la Cámara Baja.
Tal y como ha relatado el propio presidente del Congreso,
José Bono, a los lectores de
Diariocrítico que participaron en un
chat con él, su católica devoción también fue objeto de 'chanza'... Al parecer, en su despacho -convertido en comedor por primera vez en 160 años-, los invitados comentaron extrañados que no había ningún crucifijo en su despacho, pero "había dos".