Lo ha desarrollado el CSIC
Un ensayo clínico español prueba con un 90% de éxito una vacuna del VIH
miércoles 28 de septiembre de 2011, 14:55h
Un ensayo clínico del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) que investiga sobre una vacuna
preventiva para el VIH consigue un 90 por ciento de éxito entre los
voluntarios sometidos al compuesto. Este miércoles se han presentado
los avances.
En 2008, la MVA-B -nombre de la vacuna preventiva- demostró una alta
eficacia en ratones y macacos, y protección contra el virus de la
inmunodeficiencia del simio (SIV). Este hallazgo motivó la ejecución del
ensayo clínico en 30 voluntarios sanos, dirigido por el Hospital Clínic
de Barcelona y con el Gregorio Marañón de Madrid. Gracias a su alta
respuesta inmunológica en humanos, el equipo inició, con la Red de
Investigación del Sida, un ensayo clínico en fase I con voluntarios
infectados con VIH para comprobar su eficacia como vacuna terapéutica.
Esta primera fase ha resultado un éxito, consiguiendo que un 90 por ciento de los voluntarios sometidos al compuesto haya desarrollado una respuesta inmune al virus
y el 85 por ciento de ellos la haya mantenido además durante, al menos,
un año. "El éxito del tratamiento se basa en que el sistema
inmunológico puede quedar entrenado para responder frente a partículas
del virus y células infectadas de forma duradera", informa el CSIC.
El responsable del desarrollo del compuesto, Mariano Estaban,
aseguró que la "MVA-B ha demostrado que es tan potente o mejor que las
vacunas actualmente en estudio". "Los efectos secundarios que se han
producido son los que cabe esperar en cualquier tipo de vacunación,
principalmente de tipo local en la zona de inyección, no ha existido ningún efecto adverso que haya comprometido la salud de los voluntarios", agrega el responsable del equipo del Hospital Gregorio Marañón, el doctor Juan Carlos López Bernaldo de Quirós.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el tratamiento solo se ha probado en 30 voluntarios por
el momento y "aunque estimula una respuesta potente en la mayoría de
los casos, es pronto para predecir si las defensas inducidas prevendrán
la infección", afirma el doctor responsable del equipo de investigación
del Clínic, Felipe García.
Orígenes
En 1999, el equipo de investigación de Esteban comenzó a trabajar en el
desarrollo y preclínica de MVA-B, que recibe su nombre de su composición
a partir del virus Vaccinia Modificado de Ankara (MVA). Se trata de un
virus atenuado que se usó para erradicar la viruela y
que sirve de modelo en la investigación de múltiples vacunas. La B
procede del subtipo de VIH contra el que lucha, el más prevalente en
Europa.
El desarrollo de la MVA-B se basa en la introducción de cuatro genes del VIH (Gag, Pol, Nef y Env) en la secuencia genética de vaccinia.
Un sistema inmunitario sano reacciona frente al MVA, y los genes de VIH
insertados en su ADN no son capaces de infectar a seres humanos, lo que
garantiza la seguridad del ensayo clínico.
Así, 24 voluntarios recibieron el tratamiento con MVA-B mientras que los
seis restantes tomaron un placebo. La vacuna se administró en tres
dosis por vía intramuscular en las semanas 0, 4 y 16, desde el inicio, y
sus efectos se evaluaron en sangre periférica hasta la semana 48,
cuando concluyó el ensayo. La inoculación de la vacuna en un voluntario
sano pretende entrenar su sistema inmunológico para
detectar y aprender a combatir esos componentes del virus. Según
Esteban, "es como si le enseñáramos una foto del VIH para que sea capaz
de reconocerlo si se lo encuentra en el futuro".
"El perfil inmunitario de MVA-B satisface, en principio, los requerimientos de una prometedora vacuna contra el VIH,
como inducción de anticuerpos y activación de las células clave en
defensa contra patógenos como son los linfocitos T CD4 y CD8", añade
Esteban. Así, la respuesta inmune inducida por la vacuna podría mantener
controlada la infección, ya que"si el virus penetra en el organismo e
intenta expresarse en una célula, el sistema inmunitario estará
preparado para inactivar el virus y destruir la célula infectada. Para
que la vacuna llegue a comercializarse, no obstante, se deberán superar aún todas las pruebas de futuros ensayos clínicos en fase II y III.