Crítica de la película
'Arrietty y el mundo de los diminutos': Reclamando el trono de la animación
martes 13 de septiembre de 2011, 23:02h
'Arrietty y el mundo de los diminutos'
es un nuevo triunfo para el Studio Ghibli. A pesar de estar dirigida
por el novel Hiromasa Yonebayashi se nota mucho la mano del gran
Hayao Miyazaki, guionista de la película y figura fundamental del
estudio japonés. En Arrietty podemos apreciar muchas de las claves
de su cine: amor por la naturaleza, inocencia, pureza, ecología y,
por supuesto, magia.
La película vuelve a ser una delicia
para los sentidos, con unos magníficos dibujos artesanales en 2D, en
los que cada detalle está cuidado al máximo, pero además cuenta
con una historia sencilla que llega al corazón, en la que se vuelve
a cumplir aquella máxima de menos es más. Miyazaki y el joven
Yonebayashi dan una nueva lección de ecología y amor por la vida,
con la historia de Arrietty, una joven que con apenas diez
centímetros tiene un corazón gigante.
A pesar de ser una adaptación de la
novela fantástica "Los incursores" de Mary Norton, Arrietty es
el arquetipo de las heroínas de Miyazaki, esas jóvenes que pasan de
la niñez a la madurez en un viaje iniciático en el que se descubren
a sí mismas. Niñas como Nausicaa, Nicky o Chihiro. Con estas dos
últimas guarda mucho parecido la joven Arrietty. Su relación con el
enfermizo Sho es el centro de la película y nos conducirá a un
maravilloso final, en el que la vida sigue su curso, sin caer en
sentimentalismos o ñoñerías.
Otro de los momentos cumbre es el del
descubrimiento del mundo de los humanos por parte de Arrietty en una
excursión junto a su padre. Magia en estado puro. Por ponerle algún
pero, el personaje de la criada no representa una amenaza seria al
mundo de los diminutos, aunque tampoco llega a molestar y sirve para
desencadenar ese final del que ya hablamos.
En definitiva, 'Arrietty' es una
película muy recomendable tanto para niños como para adultos, de
esas en las que si tienes un "peque" en la familia vas a
disfrutar llevándole al cine. Hiromasa Yonebayashi demuestra que
Ghibli tiene una estupenda cantera para el futuro. Si en los últimos
años la productora japonesa ha visto como los chicos de Pixar se
convertían en la referencia de la animación mundial, este estreno y
la pequeña decepción que ha supuesto 'Cars 2' puede que indique que
los nipones vuelven a estar en la lucha para recuperar el trono. Lo
cuál no puede ser mejor noticia para los amantes del único género
cinematográfico que vive en los últimos años su época de oro, la
animación.