Ser europeos sólo para lo que les conviene
lunes 08 de octubre de 2007, 14:58h
Con motivo de ser, la cultura catalana, invitada de honor este año en la Feria del Libro de Francfort, personajes como Ferrán Requejo, profesor de Ciencias Políticas, o los ex presidentes Jordi Pujol y Pascual Maragall, han tenido oportunidad de participar en el simposio internacional que bajo el título “Por una Europa abierta” organiza como prologo a la Feria el ayuntamiento de esa ciudad.
Lo que exponen Requejo y Maragall se ajusta al pensamiento y trayectoria de esas dos personas, pero me ha llamado la atención que el señor Pujol respalde la decisión de que los escritores que representen a la cultura catalana en la Feria del Libro sean exclusivamente aquellos que escriben en catalán.
Me parece totalmente demagógico por parte de una persona que siempre ha demostrado tener una buena capacidad de análisis y, sobre todo, de coherencia, que trate de justificar la decisión adoptada por el Gobierno catalán sobre este tema, haciendo una equivalencia con lo que ocurría al principio del siglo XX con la cultura checa y el idioma alemán. Alguien debería recordarle al señor Pujol que los principios del siglo XX no son equiparables ni comparables a los principios del siglo XXI. Estoy seguro que el señor Pujol sabe que a principios del siglo XX lo fuerte eran las naciones y que a principios del siglo XXI lo fuerte es la UE y sus regiones, por mucho que el señor Requejo se empeñe en decir que el Comité de las Regiones de la UE es un foro inútil.
Menos mal que al menos el señor Pujol ha reconocido que Cataluña tiene excelentes escritores que se expresan en castellano y lo que ya no estoy tan seguro es que el señor Pujol sea capaz de reconocer que cuando la Feria del Libro de Francfort hizo una invitación especial a la cultura catalana, esperara que los responsables de Cataluña interpretaran esa invitación como una exclusión a todos aquellos que en Cataluña tienen algo que ver con la cultura y se expresan en castellano.
Si el señor Pujol agradece públicamente que en la Feria de Francfort se reconozca la cultura catalana como un acto de europeísmo y que reivindique que la supervivencia de la cultura catalana es gracias a su voluntad inequívoca de proyectarse al exterior, no sé como casan esos conceptos con el hecho de la exclusión de aquellos catalanes que escriben en lengua castellana, pues esa actitud no es ni europeísta, ni de proyección al exterior.