Ahora sí que empieza el curso

La  presentación de los presupuestos ha marcado la “vuelta al cole” en la vida municipal. A partir de ese momento, se acabó el verano, la resaca postelectoral, la adaptación al nuevo medio y hasta los cien días de gracia que tanto gobierno como oposición disfrutan.

En el lado ejecutivo, Ruiz-Gallardón y su equipo –más núcleo y más duro que nunca- han retomado la actividad con la alegría de quienes no han dejado de hacer deporte casi, casi, ni en verano, con lo que ni siquiera notan las agujetas de la “rentrée”. Por no variar, ni siquiera lo ha hecho la tónica de enfrentamientos con la vecina de Sol. ¿Nadie en la cúpula del PP tiene la suficiente cordura, y el peso necesario, para entender y hacer entender que ambos líderes, Aguirre y Gallardón, son pesos pesados insustituibles en su formación, y que cualquier proyección de futuro del PP pasa por la inexcusable necesidad de que ambos se entiendan?

Daniel Lucas, portavoz y cabeza del grupo socialista en el Ayuntamiento, está al cargo de una formación de concejales recién salidos de una renovación interna del Partido Socialista Madrileño que ha dado a luz a algo llamado “nuevo socialismo”. Un grupo en el que aún escuecen algunas de las últimas decisiones tomadas, por lo que Lucas deberá demostrar tacto y mano izquierda para capear los previsibles temporales que se le avecinan en casa.

De momento, ha empezado el curso con mucho ánimo y con iniciativas novedosas, como la de solicitar una reunión con el alcalde –en principio fijada para el día 17- en la que escenificar su entrada en la Casa de la Villa. Lucas, reconoce el propio regidor, tiene la ventaja que da haber tenido la experiencia del poder, que ayuda a encarar la oposición desde posturas más realistas.

Una reunión a dos bandas que, por cierto, deja en fuera de fuego al líder de Izquierda Unida, Ángel Pérez, aún aterrizando en sus nuevas tareas de munícipe. ¿O lo incluirá finalmente el alcalde en la ronda de conversaciones, dada su buena relación con él, y aprovechando de paso la maniobra para restarle protagonismo al portavoz socialista?