El Ministerio Público reclama siete años de prisión
El agresor de Miriam Alonso creía ser el Hijo de Dios
martes 25 de septiembre de 2007, 12:40h
Jorge Ramos Vázquez, acusado de arrojar a Miriam Alonso a las vías del metro el 4 de octubre de 2005, desarrolló dos años después de cometer los hechos por los que le acusan "una trama delirante", en la que creía ser "el hijo de Dios" y tener "la misión de matar a una persona para salvar al mundo".
En la segunda sesión del juicio, una de las forenses que examinó al procesado, de 26 años, manifestó a la Sección 23 de la Audiencia Provincial de Madrid que la esquizofrenia paranoide que padece se remonta a dos años antes de arrojar a la joven a las vías del suburbano y añadió que en la época de adolescencia ya tenía síntomas previos al desarrollo de esta patología mental.
Conforme a la tesis de la Fiscalía de Madrid, la especialista explicó que Jorge elaboró "una trama delirante de tipo místico" que le protegía de su "fobia a matar". "Pensaba que era el hijo de Dios y que tenía que salvar el mundo matando a una persona". Unos días antes, según su relato, el procesado leyó una frase en Internet que decía: "Días como hoy merece la pena arriesgar". Estas palabras desencadenaron que la tarde del 8 de octubre de 2005 jorge decidiera al azar arrojar a una chica a las vías del metro, pese a no intercambiar ningún tipo de conversación con ella.
El Ministerio Público reclama para Jorge siete años de prisión por un intento de asesinato o que se le interne en un centro psiquiátrico penitenciario durante 14 años por la esquizofrenia paranoide que sufre. Según la fiscal, los hechos se enmarcan dentro de "la trama delirante del procesado". Por eso, solicita que se le aplique una circunstancia atenuante de la responsabilidad criminal por una anomalía psíquica, motivada por la enfermedad que padece.
"Totalmente ido"
En la sesión comparecieron tanto los policías que levantaron el atestado como los que detuvieron al joven en la garita del hospital militar Gómez Ulla, donde el chico fue retenido por los vigilantes de seguridad después de confesar que había tirado a una chica al metro.
Durante su testifical, el agente explicó que Jorge se encontraba "nervioso" y "asustado" unos diez minutos después de cometer los hechos, momento en el que se personaron dos agentes en la garita. "Decía que escuchaba voces que le decían que le iban a tirar al metro. Comentaba que estaba gordito y que sus compañeros se metían con él", relató el testigo, que certificó que "estaba totalmente ido" porque "no mantenía una conversación normal".
Por su parte, el instructor del atestado expuso la cronología de los hechos, tal y como describió ayer Miriam Alonso durante su declaración. "Sobre las ocho de la tarde el joven empujó a una chica que se encontraba delante de él y la arrojó a las vías del tren, que le arroyó y le seccionó la pierna izquierda", contó.
No se detectaron anomalías
En la vista oral también compareció el representante legal de Metro de Madrid, quien señaló que no se detectaron anomalías en las preceptivas inspecciones realizadas tanto sobre la vías como en el convoy que atropelló a Miriam.
Pese a apuntar que Metro no ofreció ningún trabajo a la chica tras el suceso, indicó que la empresa le anticipó 400.000 euros con la condición de devolver el dinero en el caso de condenar al procesado a indemnizarla por lo sucedido.
En concreto, la fiscal reclama que el encausado abone a Miriam 10.770 euros por el tiempo que tardó en curar las heridas y 446.289,77 euros por las secuelas dejadas a consecuencia de los hechos.