La ventaja de Rajoy

A seis meses de las elecciones, las encuestas que traen novedades más o menos cocinadas sobre intenciones de voto apuntan una cierta ventaja del PSOE sobre el PP; ventaja que se convierte en distancia en la valoración de Zapatero respecto de Rajoy.

Vivimos en la era de la imagen y es sabido que estos son tiempos  de dictadura televisiva en los que la apariencia prima sobre el ser. En ése registro -el de la imagen-, ZP es un 'producto' más 'vendible', su apariencia física le ayuda a conformar una imagen más moderna y dinámica que la del líder popular.

Esa es la ventaja de ZP, pero, a mi modo de ver, ahí se resume toda su ventaja. En términos de formación humanística, de cultura  y capacidad oratoria, Rajoy le  supera. Otra cosa es la habilidad de cada uno para obtener provecho de sus capacidades sabido que el foro, el ejercicio de la política, es un escaparate en el que nunca se apagan las luces.

En ésa clave, la peana que supone el poder, estar en disposición de escribir en el BOE, otorga un plus que en el caso de Zapatero ha sabido explotar con éxito.

Otra cosa es el discurso político. En ése terreno es sabido que todo exceso otorga ventaja al contrario. Exceso fue la inopinada apuesta confederal de Zapatero en la elaboración del 'Estatut' y excesiva fue la pólvora empleada por Rajoy en el último debate sobre el Estado de la Nación. Algunas de las cosas que ha hecho Zapatero han irritado a una porción de los votantes clásicos del PSOE -los que estarían en lo que podríamos llamar la línea Bono- y ésa irritación podría traducirse en abstención.

En el caso del PP, más allá de las corrientes en expectativa de poder (Gallardón , Esperanza Aguirre, Rato), parece claro que los seguidores populares acudirán a votar al candidato del partido. Ésa puede ser la ventaja  de Rajoy que a día de hoy no reflejan las encuestas.