Más de 20 millones de kilogramos de alimentos fueron destruidos por la Comunidad de Madrid durante 2006 por no cumplir los criterios de calidad y 7.082 kilogramos fueron decomisados por motivos de seguridad, gracias a las 21.901 inspecciones realizadas por la Dirección General de Salud Pública y Alimentación en industrias alimentarias, según se recoge en memoria de actividades del año 2006 que ha sido presentada este lunes.
La Dirección General de Salud Pública y Alimentación, dependiente de la Consejería de Salud y Consumo, realizó, en 2006, un total de 25.641 inspecciones para garantizar la salud pública en industrias alimentarias y químicas, zonas de baño o residencias mayores.
La mayor parte de las inspecciones se ha centrado en la industria alimentaria, con un total de 21.901 actuaciones, que han dado lugar a 214 expedientes, El objetivo es que “no pase a la cadena alimentaria ningún alimento que no deba llegar”, aseguró el director general, Agustín Rivero. Los motivos que más expedientes provocan son los relacionados con la cadena de frío y los defectos de etiquetado.
La actividad de inspección también se dirigió a aquellas instalaciones que implican riesgos ambientales, como zonas de baño y actividades recreativas. Asimismo, también se realizaron inspecciones en 542 industrias de detergentes o afines y empresas que operan con materiales que entran en contacto con alimentos. En total fueron 13 los expedientes que se abrieron dentro del ámbito de sanidad ambiental.
Otro aspecto del que se ocupa la Dirección General de Salud Pública y Alimentaria es del registro sanitario de establecimientos dedicados a tatuajes y
piercing. En 2006, se inscribieron 50 nuevos establecimientos, se abrieron 49 tramitaciones y 18 se anularon por incumplimiento normativo.
En cuanto a la prevención de enfermedades en 2006, destaca el aumento del gasto en vacunas en un 85 por ciento respecto al año anterior, con una inversión de más de 47 millones de euros. Este incremento se debe, principalmente, a la inclusión de la inmunización contra el neumococo en el calendario de vacunación infantil, iniciativa en la que la Comunidad es pionera en España. También influyó el adelanto de la fecha recomendada para la primera dosis contra el sarampión, que durante 2006 se adelantó de los 15 a los 11 meses, debido al brote de esta enfermedad que afectó a 300 personas.
Por otra parte, los brotes de origen alimentario bajaron en 2006 y también los de tuberculosis, aunque la Comunidad ha aumentado el personal sanitario especialista para controlar la evolución de esta enfermedad. Además, están localizadas todas las torres de refrigeración de la región susceptibles de convertirse en foco de legionelosis y se realizaron 1.914 inspecciones.
La prevención de la salud es otra de las competencias de la Dirección General de Salud Pública y Alimentaria. En total, en 2006 se distribuyeron más de dos millones de publicaciones sobre promoción y educación para la salud, referidas a la alimentación o a hábitos poco saludables como el tabaco o el alcohol. Asimismo, el Plan Regional de Control de SIDA recibió una aportación económica de 1.480.000 euros. Y los datos referentes a nuevos contagios bajaron en los tres colectivos, heterosexuales, homosexuales y usuarios de drogas por vía parenteral. Aunque según, el director general, se nota cierta relajación sobre todo entre los primeros.
La alimentación de los niños fue una de las prioridades de 2006. Con este motivo, se pusieron en marcha el taller infantil ‘Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad’, que visitaron más de 6.000 escolares, y los desayunos saludables que se llevaron a cabo en los centros educativos.