La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo ha rechazado y archivado, definitivamente, la denuncia formulada por UGT, CCOO y CGT contra la Dirección de Telemadrid por supuesta manipulación informativa. Durante un año y cuatro meses, los sindicatos y el PSOE han tratado de engañar a la opinión pública presentando como un dictamen condenatorio del Parlamento Europeo lo que sólo ha sido el trámite (como se hace con todas las peticiones) de un documento presentado por ellos mismos y que ahora queda desautorizado.
Con la decisión adoptada el pasado martes por la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, que da por zanjada la petición de los sindicatos sin hacer el más mínimo reproche a la Dirección de Telemadrid, se pone de relieve la utilización fraudulenta de las instituciones europeas, una vez más, por parte de la izquierda española para impulsar campañas de intoxicación informativa en nuestro país.
Los sindicatos habían presentado la denuncia al Parlamento Europeo el 28 de Marzo de 2006. Es decir ocho días después de la última tregua anunciada por ETA, porque la cobertura informativa en Telemadrid no fue del agrado de los sindicatos según consta ampliamente en el informe presentado en Bruselas como prueba fundamental de la denuncia. Cuando Telemadrid informó de la declaración de la tregua pero también de que ETA no entregaba las armas ni renunciaba a la violencia, no esta manipulando, sino todo lo contrario, no se dejaba manipular por la maniobra propagandística de los terroristas, tal como la realidad ha venido a demostrar.
Con insistentes falsedades los sindicatos pretendían denigrar la cobertura informativa especial que Telemadrid venía dedicando al proceso abierto por la organización terrorista ETA y el Gobierno. Una rigurosa información y una opinión plural, pero fieramente comprometidas con la libertad y la Constitución caracterizaron la cobertura de Telemadrid. Igual que el respaldo prestado a las víctimas del terrorismo, cuyas masivas manifestaciones quedaron grabadas para siempre en las imágenes aéreas de la televisión pública madrileña.
Igualmente era significativo que el informe de los sindicatos sobre una supuesta manipulación informativa partiera del intento de censurar también el trabajo realizado por Telemadrid y el seguimiento sobre el mayor atentado terrorista de Europa, que asesinó a 192 personas en cuatro trenes de Madrid el 11 de Marzo de 2004. Sus denuncias carecen de fundamento, se basan en falsedades y en tergiversaciones de hechos comprobables.
Ya durante el pleno del Comité de Peticiones el Parlamento Europeo, celebrado el 27 de marzo, el representante de la Comisión Europea, Pierre Yves Andréu, confirmó que tanto el órgano Ejecutivo como el Parlamentario de UE no son competentes para resolver la cuestión planteada por los sindicatos de Telemadrid. Así o había dictaminado el 6 de Marzo la Comisión Europea. Sin embargo, los representantes de UGT, CCOO y UGT, apoyados por los eurodiputados del PSOE, siguieron utilizando arteramente las instituciones europeas para propalar sus mentiras en vísperas de las pasadas elecciones autonómicas y municipales.
La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo recibió un documento dossier enviado por la Dirección de Telemadrid en el que se desmontaban todas las acusaciones y se ponía de manifiesto que lo verdaderamente constituye una vulneración del artículo 11 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea es la presión, los insultos y las amenazas que han venido sufriendo los periodistas que no siguen los dictados de los sindicatos y del PSOE. Estos se consideran los propietarios de Telemadrid porque fueron los fundadores de la televisión pública madrileña cuando Madrid era gobernada por un pacto de socialistas y comunistas con fuerte respaldo sindical.
Este sector de la izquierda rechaza la concepción europea de la organización de los medios de comunicación públicos o privados, según la cual dirección organiza, coordina y decide sobre los contenidos informativos. Tampoco aceptan que la redacción esté organizada jerárquicamente. Ellos, sin embargo, tienen una concepción asamblearia del funcionamiento de los medios de comunicación y exigen la participación de los sindicatos en los contenidos periodísticos. Un modelo que ya tiene forma de proposición de ley impulsada por Izquierda Unida, apoyada por el PSOE, que ha suscitado la oposición de la Federación de Asociaciones de la Prensa en España.
El pasado conflicto en Telemadrid ha estado impulsado por tres motores: 1) sectarismo partidista en vísperas electorales municipales y autonómicas en el contexto de una legislatura especialmente convulsa. 2) intereses comerciales de nuevos operadores de televisión afines al gobierno y 3) el más antiguo concepto izquierdista de la profesión periodística. Con estas presiones se ha querido boicotear un proyecto profesional de servicios público de servicio público de televisión que ha convertido la información y el debate plural en la columna vertebral de la programación de la que, además, se ha erradicado la telebasura.
Finalmente, las instituciones europeas han desenmascarado la campaña informativa intoxicadora del PSOE, UGT, CCOO y CGT que pretendía desacreditar a Telemadrid. La utilización del Parlamento Europeo en esta maniobra, que tuvo el apoyo del presidente del gobierno y del candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, ha sido otro fracaso. Aunque hasta ahora se han guiado por el principio de denuncia que algo queda, cabe esperar, de cara a futuro, que el PSOE y los sindicatos saquen consecuencias constructivas en beneficio de la estabilidad de Telemadrid y no se presten más a perjudicar a la radiotelevisión pública madrileña por ser correas de transmisión de estrategias partidistas o de intereses particulares de la competencia televisiva.
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* Manuel Soriano es director general de Telemadrid