El Tribunal Supremo ha revocado la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que condenaba a tres policías por detención ilegal de dos militantes del Partido Popular y falsedad en los documentos relativos a esa detención y al atestado policial. Sabemos que el Supremo ha absuelto a los condenados por la Audiencia porque comunicó a las partes su fallo, mientras el ponente redacta los argumentos jurídicos que lo justifican, operación que tardará varios días. El abogado de los militantes del PP se ha quejado de esta irregularidad, pero la verdad es que eso, aunque irregular, no es raro que ocurra cuando el veredicto no se adopta por unanimidad y hay debate entre los magistrados: se discute, se vota, y entonces, cuando ya se ha alcanzado una mayoría, el ponente (u otro, si la tesis del ponente ha resultado derrotada) pone por escrito los fundamentos jurídicos triunfadores, lo que requiere cierto tiempo; pero lo relevante, que es la votación, ya ha ocurrido.
Lo de comunicar a las partes el fallo antes de estar redactado el cuerpo de la sentencia a veces ocurre, y a veces no. Eso depende de que los magistrados consideren que conviene la publicidad del veredicto cuanto antes, por las razones que sean, no necesariamente jurídicas. Normalmente esas razones no se explican, pero se pueden deducir muchas veces de lo que ocurre a continuación. En este caso, el conocimiento público de esta sentencia justo en vísperas del debate de política general en el Congreso le ha venido como agua de mayo al Gobierno socialista, que ya ha empezado a tocar el tambor pregonando lo bueno que es, lo mala que es la oposición, y la completa independencia que hay entre este fallo y la presencia del magistrado Bacigalupo en el Tribunal.
Ahora sólo cabe esperar la sentencia si queremos saber en qué la Audiencia Provincial de Madrid cometió quebrantamiento de forma o infracción de ley, que son las dos únicas causas por las que el Supremo puede revocarla. Hay bastante curiosidad por conocer los fundamentos jurídicos que invoque el Supremo, porque los hechos probados son inamovibles, y por sí mismos parecen configurar un ejemplo de libro de los delitos por los que fueron condenados los policías en primera instancia. De ahí el interés que muchos tienen en aprender de la ciencia jurídica del alto Tribunal.