Los pasillos hervían a la espera de que
Zapatero apareciera para contestar en la sesión de control al Gobierno a las preguntas de la oposición. El presidente llegó una vez terminado el acto institucional de la visita del presidente de Chile,
Sebastián Piñero, cuyo discurso
Zapatero no escuchó. Fuentes de la Moncloa justificaron su ausencia alegando que el presidente del Gobierno ya había mantenido un encuentro bilateral con el mandatario chileno el día anterior y que nunca acude a este tipo de actos circunscritos al ámbito parlamentario.
Pero el primero en pararse unos minutos con la prensa fue
José Blanco, al que se le preguntó por los motivos de la sorprendente suspensión del mitin al que se suponía que iban a acudir los barones territoriales, junto a Zapatero y la cúpula del PSOE, así como los principales candidatos autonómicos y municipales. Pero Blanco quiso restar importancia a la decisión y hasta ironizó cuando un periodista le preguntó “¿qué le parece que se haya decidido no hacer el acto de Vistalegre?” “Qué me va a parecer si las campañas las planifico yo?”, respondió.
El vicesecretario general del PSOE dio luego una larga cambiada y aseguró que “el PP está empeñado en plantear esta campaña en clave nacional”, por lo que su partido no le va a dar facilidades. “Las campañas se hacen para ganarlas, no por lo que digan los periodistas. Se trata de una estrategia y las estrategias no se desvelan”, añadió el ministro de Fomento que reconoció que la decisión de suspender el mitin de Vistalegre la tomó él mismo el lunes por la tarde en una reunión con los miembros del Comité Electoral nacional y de las demás federaciones. Por ese motivo, el secretario de Organización,
Marcelino Iglesias, no hizo una sola alusión al tema en la rueda de prensa que ofreció ese mismo lunes por la mañana una vez finalizada la reunión de la Comisión Ejecutiva del PSOE que presidió Zapatero. La versión que fuentes de Ferraz dieron después fue que se suspendía el acto "para economizar"
Una foto con el líder poco deseada
Sin embargo, y pese a estas explicaciones ‘oficiales’ en el ambiente la decisión de Blanco ha sido interpretada de inmediato en ‘clave sucesoria’, y, por supuesto, también como estrategia electoral. Por un lada, ante el ‘temor’ a que los barones autonómicos no acudieran a la llamada de Zapatero en Visalegre para evitar un foto con el líder del PSOE cuya gestión al frente del Gobierno cada día está más cuestionada, por no decir su liderazgo interno.
Así las cosas, es más que probable que Zapatero limite al mínimo su participación en los actos de campaña con los líderes autonómicos, algunos de los cuales – como el castellano manchego.
José María Barreda, o el extremeño,
Guillermo Fernández-Vara- ya han expresado en alto el deseo de que no aparezca por sus feudos ante el temor de que desmovilice a un electorado ya de por si poco motivado.
Por su parte,
José Bono, al ser preguntado por Diariocritico quiso quitar ‘hierro’ a la noticia: “yo creo que no hay que darle tanta transcendía al asunto ¿no?”, replicó en tono desenfadado. Lo que está claro es que el posible - y esperado- anuncio de Zapatero de sí va a presentarse o no a la releeción en 2012 seguirá centrando el debate en el PSOE...y fuera del PSOE.
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