No es cuestión de esta columna semanal entrar en polémicas —y menos si son de tamaño calibre—, pero sí quiero dejar, a modo de apunte, referencias blogosféricas de escritores poco sospechosos de darle a la tecla (sólo) por amor al arte. O por amor a la literatura.
Los blogs son una de las mejores herramientas promocionales para un escritor. ¿Por qué? Lo primero, porque en ese cachito de Red cuenta lo que le interesa contar. Él ha venido a hablar de su libro. Lo segundo, porque da al que escribe la posibilidad de que alguien, en cierto lugar remoto del que quizá nunca haya oído hablar, pueda leer una línea suya y quedarse pensando por qué no comprar su última novela. O la primera. O un libro perdido en mitad de su bibliografía.
Por eso sucumben a la tentación blogosférica escritores de toda edad y condición: desde el comprometido
Manuel Rivas (
siempre a la vera de la actualidad) hasta el reflexivo Juan Cruz, del canalla
David Torres al moderno y multimedia
Agustín Fernández Mallo, que, por cierto, estrena el próximo 23 de febrero "El hacedor (de Borges). Remake"). De la cosmopolita y políglota
Eugenia Rico hasta la cotidiana
Elvira Lindo ). Y así podríamos seguir hasta el infinito. O casi.
Porque el placer de descubrir una pluma no siempre consiste en abrir un libro.
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