La dirección del PP no acaba de aclarar qué va a pasar si finalmente
Francisco Camps termina sentado en el banquillo para ser juzgado por cohecho impropio. La estrategia, hasta ver qué ocurre, es mantener públicamente que “creemos que Camps es el mejor candidato”, pero ni
Rajoy pisa Valencia para darle su apoyo ni tampoco ha puesto fecha a su proclamación oficial como candidato. Este lunes,
María Dolores de Cospedal retomó la teoría de que Camps está siendo objeto de “un ataque político en toda la regla” dirigido por la Fiscalía – que está ‘al servicio del Gobierno- que utiliza “una doble vara de medir" en los casos de supuesta corrupción según afecta al PP o al PSOE.
Mariano Rajoy y la propia Cospedal han hablado este fin de semana dos veces con Francisco Camps “sobre cómo está el proceso”, pero, según la secretaria general del PP, en estas conversaciones no se ha hablado de cuando piensa la dirección nacional fijar una fecha para proclamarle oficialmente de nuevo candidato a la presidencia de la Generalitat. Pero si Camps finalmente fuera juzgado por ”los famosos trajes”, la dirección del PP intentaría que él propio Camps renunciara a presentarse, un paso que quienes le conocen saben que es bastante probable que dé. Y Rajoy tampoco parece estar dispuesto a obligarle. Precisamente Cospedal fue preguntada por ese remota posibilidad y no pudo responder más que “yo no puedo saber lo que está en la mente del señor Camps”, insistiendo en que es el presidente – de los valencianos- y el candidato”.
De modo que todo apunta que el PP se arriesgará a que el barón regional sea el cabeza de cartel ‘pase lo que pase’ en la creencia de que la victoria, con Camps o sin él, está asegurada tal y como apuntan las encuestas. Ante esta situación, la dirección regional y la propia Cospedal - que ella sí que será ratificada el próximo sábado como candidata a la presidencia de la Junta de Castilla La Mancha-, han vuelto a lanzarse en pleno a denunciar el “ataque político” que sufre Camps por parte de ciertos jueces y de la Fiscalía, más en particular. Y es que para los dirigentes del PP el ministerio público sigue utilizando “una doble vara de medir” ante los casos de supuesta corrupción, bien sean del PP, o del PSOE. Cospedal puso como ejemplo los casos de las prejubilaciones irregulares y el de los falsos ERES descubiertos en Andalucía que salpican de lleno a la Junta andaluza que preside el socialista
José Antonio Griñán. “Es muy sorprendente ver cómo la vara de medir es bien distinta a la que se ha utilizado con los famosos trajes, que es desmesurada”, sentenció la número dos del PP.
Dimisión de Rubalcaba
Por otro lado el PP va a continuar poniendo entre las cuerdas a
Alfredo Pérez Rubalcaba por el caso Faisán o chivatazo a ETA, sobre el que creen que o miente el vicepresidente del Gobierno o el mismísimo presidente
Zapatero o la policía, “las tres son malas posibilidades”, opinó Cospedal, quien restó importancia al hecho de que jamás hayan interpelado al ministro del Interior directamente sobre este asunto ni Rajoy ni los portavoces del Congreso y del Senado,
Soraya Sáenz de Santamaría y
Pío García Escudero, respectivamente. Este tema siempre queda en manos de diputados del Grupo Popular de ‘segundo escalón’. No obstante, añadió que todos los datos que están conociendose sobre el supuesto chivatazo "dan pie a la dimisión de Rubalcaba", aunque todavía el PP no la haya pedido.
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