ETA tiene que desaparecer

A la nueva Batasuna o Sortu le falta un elemento esencial e imprescindible para que pueda participar en las elecciones: que ETA desaparezca. Es una cuestión de credibilidad, de confianza porque no basta con el paso que han dado para el rechazo a una futura acción terrorista de la banda y con unos estatutos del nuevo partido que se han limitado a cumplir escrupulosamente la Ley de Partidos eligiendo el rechazo y no la condena. Aprovechan todos los resquicios en su propio beneficio y con una actitud desafiante que resulta insultante. Además de la campaña de propaganda gratis que les estamos regalando los medios de comunicación que hemos entrado como borregos a una estrategia perfectamente diseñada de escalonar los actos y tenernos una semana entera hablando de su iniciativa, que si bien hay que valorar adecuadamente, es claramente insuficiente hasta que no desaparezca la banda terrorista.

La nueva Batasuna ha dado un paso importante a la hora de rechazar la violencia o la amenaza de utilizarla, incluida la organización ETA, pero el precio que hay que pagar para poder participar en las instituciones democráticas es más alto, es el que es. No es suficiente el anuncio realizado de un nuevo partido con unos estatutos que se ajustan lo mínimo imprescindible a lo que exige la Ley de Partidos, refrendada por el Tribunal de Estrasburgo, último resorte fallido de los terroristas. Hay que poner en valor los 50 años de terrorismo lastrando la democracia española, los 858 muertos, las víctimas que sufren a diario, las negociaciones fallidas, los engaños constantes, la extorsión desalmada y el desasosiego constante de la vida en el País Vasco y en el resto de España. Los nuevos batasunos no tienen crédito, no se les puede fiar, tienen que demostrarlo con hechos concretos y contrastados, y el primero es la desaparición de ETA. Hay valorar adecuadamente los pasos que dan, tampoco hay que asfixiarlos y dejarlos sin salida, pero su participación en las próximas elecciones municipales tendrá que esperar. Le toca a ETA mover la ficha de su desaparición y, entonces, sería más plausible la participación electoral batasuna en los comicios autonómicos vascos del 2013.