Parece claro que Óscar López es un ferviente aficionado al ciclismo. Lo demostró el pasado verano recorriendo Castilla y León a golpe de pedal en aquel “Puro cambio Tour” clausurado con una polémica barbacoa que dió origen a un expediente sancionador incoado por la Consejería de Medio Ambiente de cuyo resultado nunca mas se supo (y si se supo, nadie nos lo ha contado). Y ha vuelto a recurrir al universo ciclista al afirmar el pasado fín de semana durante la convención socialista de Zaragoza que, al igual que Perico Delgado ganó el Tour de Francia, el piensa ganar la carrera hacia la presidencia de la Junta.
No sé si ha elegido el mejor símil. Mas que nada si se tiene en cuenta de que Perico lució el amarillo por los Campos Eliseos al concluir su quinta participación en la ronda francesa. Quiere decirse que, con esa progresión, López no ganaría las elecciones autonómicas hasta 2.027, año en el que supongo que Juan Vicente Herrera ya habrá tenido a bien retirarse de la política activa y estará disfrutando de su retiro dorado en el Consejo Consultivo.
Mientras el candidato socialista pedaleaba por ahí, el secretario regional del PP, Alfonso Fernández Mañueco, hurgaba en la herida comparando la situación del PSOE de Castilla y León con la película “La gran evasión”. Donde las dan las toman y Mañueco, que tuvo que soportar que López se refiriera una y otra vez como el Consejero Ni-Ni, se ha tomado cumplida revancha, aludiendo a la saga-fuga de Amparo Valcarce y al escaqueo de Pedro J. Muñoz.
De todas formas, visto el espectáculo deparado por el nombramiento de los candidatos del PP a las Alcaldías, tampoco es como para que sus dirigentes se regodeen demasiado. Y menos teniendo en cuenta que la designación de sus aspirantes a presidir las Diputaciones provinciales puede desencadenar tensiones -ya las hay, de forma contenida- en mas de una provincia. Al igual que habrá sus tiranteces en el momento de hacer las listas autonómicas.
Este último proceso arranca este viernes, en el que están convocados los órganos internos del PP competentes para proponer a Juan Vicente Herrera como candidato por tercera vez consecutiva a la presidencia de la Junta. El comité electoral, que preside Silvia Clemente, aprobará la propuesta a elevar a la junta directiva autonómica del partido, que ni que decir tiene que la ratificará por atronadora aclamación.
A los casi dos centenares de miembros que componen dicha junta les tocará soportar después uno de esos plúmbeos discursos con que se descuelga Herrera en estas ocasiones. Todo para decirles más o menos lo de siempre: Que cuidado con el exceso de confianza; que digan lo que digan las encuestas, nada está ganado; que hay que ganar en ayuntamientos en los que no gobernamos; que hay que impulsar desde Castilla y León la futura victoria electoral de Rajoy, etc etc. y bla, bla, bla...
Eso sí, el aplausómetro echará humo. Todos, en su inmensa mayoría cargos públicos, aplaudirán a rabiar. Incluidos los dirigentes del PP de Ávila y Segovia que se pasaron por el forro de sus caprichos los postulados de la dirección regional del partido sobre las cajas de ahorro; o esos otros que recientemente, por acción u omisión, han impedido que el PP presente a “los mejores” en las próximas elecciones municipales. Los que saben que han contrariado a Herrera aplaudirán, si cabe, con mayor entusiasmo. El horizonte de las urnas mueve a la adhesión inquebrantable. Se impone el “prietas las filas”.