El trajín de visitas a la madrileña calle de Ferraz, sede del PSOE, no ha cesado en estas últimas cuarenta y ocho horas. El que ‘recibe’ es el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, encargado, según las atribuciones que le dan los Estatutos del PSOE, de diseñar la composición de la gestora del PSM. La tarea no está siendo fácil habida cuenta de que las diferentes familias del socialismo madrileño han resurgido de sus propias cenizas y sus dirigentes quieren controlar el decisivo proceso que ahora se abre.
En este empeñó, Blanco ha conversado en las últimas horas con numerosos dirigentes de las diferentes corrientes del PSM, entre ellos José Acosta, líder del sector guerrista, al representante de la corriente socialdemócrata, Antonio Carmona, e incluso al ex dirigente del PSM, Jaime Lissavetzky, muy alejado últimamente de los asuntos de su federación de la que fue su secretario general. Pero también ha recibido a veteranos alcaldes con peso dentro del partido como Enrique Cascallana, de Alcorcón, al de Fuenlabrada, Manuel Robles, o al de Getafe, Pedro Castro, para conocer sus opiniones.
Varios alcaldes en las quinielas
Algunos de estos ediles, junto con el regidor de Parla, Tomás Gómez, están en las ‘quinielas’ que se barajan para entrar a configurar la Gestora madrileña. Sobre Gómez son muchas las voces que apuntan a que sería el mejor recambio de Simancas como cartel electoral en 20011 por lo que podría reservarse para entrar en la lista de Madrid con Zapatero en las generales de 2008.
Pero, de todos ellos, Blanco ha escuchado con especial atención a Rafael Simancas ya que, por respeto, en la dirección federal creen que cualquier acuerdo que se cierre, tras la crisis desatada con su dimisión, debe contar con el visto bueno del ex secretario general del PSM.
Fuentes consultadas por este diario aseguran que el nombre de Narbona para presidir la Gestora es una “buena solución” ya que además de ser “una persona respetada”, pertenece -recuerdan-a la corriente ‘borrelista’ bien vista por unos y otros, y “no ataca a los cimientos de las familias madrileñas”. El nombre del ex delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez, que se había barajado, ha quedado descartado por “lo poco que ha tenido que ver en realidad con Madrid”, según nuestras fuentes.
Junto a Narbona suenan otras mujeres de la Ejecutiva Federal para estar en la Gestora y contribuir a que exista paridad, como la eurodiputada y secretaria de relaciones Institucionales, Elena Valenciano. De la Asamblea madrileña podrían contarse con Ruth Porta, número dos de Simancas y con la veterana dirigente guerrista Matilde Fernández, habida cuenta de que los nombres que finalmente formen parte de este órgano provisional quedarán ‘quemados’ para formar parte de la nueva dirección que salga elegida en el Congreso Extraordinario del PSM y cuyo objetivo es “la renovación casi total”.
Blanco quiere controlar
Pero lo que Blanco busca es tener controlado este órgano de dirección hasta la celebración del cónclave sin que se provoquen más disputas ni sobresaltos. Por eso se da por seguro que en la gestora estará su ‘brazo derecho’ el diputado nacional, Oscar López, uno de los coordinadores de la campaña de Miguel Sebastián, así como otro diputado en alza dentro del PSOE, Antonio Hernando, portavoz de Interior en el Congreso y hombre de confianza de Alfredo Pérez Rubalcaba.
Además, entrarían a formar parte de este órgano, siempre según estas fuentes, otros dirigentes federales, como Álvaro Cuesta, secretario de Política Municipal del PSOE, e incluso – aunque su nombre no está seguro- el portavoz parlamentario, Diego López Garrido. Del regional se da por segura la presencia de Andrés Rojo, secretario de Organización del PSM, de Miguel Ángel Sacaluca, secretario de Comunicación, y del secretario de Administración, José Manuel Franco así como la de alguna mujer como Encarnación Moya, secretaria de Formación y alcaldesa de Chinchón.
La incógnita se despejará mañana ya que la Gestora debe elegir cuanto ante a los dos portavoces que lleven el peso de la oposición tanto en la Asamblea madrileña como en el Ayuntamiento, cuyo primer acuerdo pergeñado el pasado fin de semana entre Simancas y las partes en concflico, curiosamente con el visto bueno de Blanco, fue el detonante de que saltara la crisis en el PSM que finalizó con la dimisión – forzada por Zapatero, digan lo que digan- del líder madrileño.