Bono no permitió la entrada a varios diputados que, a golpes, exigían la apertura de las puertas al hemiciclo para poder votar, ya que se encontraban fuera del mismo en esos momentos.
Esos diputados eran del PP, de PNV y CiU. En concreto, 6 diputados 'populares', uno vasco, dos catalanes. Y mientras, los sí presentes en el hemiciclo exigieron a voces al presidente de la Cámara Baja que autorizara la apertura de las puertas, pero Bono respondió aún más crispado asegurando que no lo haría, casi añadiendo la expresión, aunque no la dijo, de 'por encima de mi cadáver'.
Cuando iban a votar, Bono tuvo tiempo de recibir de un ayudante el libro del reglamento de la Cámara, y leyó el artículo que reza claramente que sus señorías están obligados a asistir a los plenos y comisiones. Así que de esta forma, Bono impidió que votaran los diputados 'pelleros'. La polémica está servida. De hecho, se ha pedido como reivindicación en el momento de la polémica la nulidad de la votación, así como la dimisión de Bono. Tampoco olvidan que el propio Bono se ha ausentado durante el debate en dos ocasiones, una para charlar con
Zapatero y otra para salir de la sala.
El hecho es que los perjudicados con no poder tener acceso al hemiciclo alegan que el timbre de aviso, que suele durar varios minutos, apenas sonó tiempo y aducen que esas deficiencias, achacadas a la organización, han sido las que les han impedido llegar a la votación.
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